El número de solicitudes de prestaciones por desempleo en Estados Unidos se ha mantenido notablemente bajo en términos históricos, lo que indica un mercado laboral sólido. Sin embargo, esta situación ha llevado a los empresarios a enfrentar dificultades para encontrar suficientes trabajadores, lo que ha generado preocupaciones sobre la capacidad de las empresas para satisfacer la demanda laboral. A pesar de esta dinámica positiva en el mercado laboral, el crecimiento de las ventas minoristas ha sido algo inferior a las expectativas. Según los datos de Mastercard SpendingPulse, las ventas aumentaron en septiembre, aunque el incremento del 3,7% previsto inicialmente fue superado ligeramente. Es importante señalar que estos datos excluyen el sector automotriz y no están ajustados a la inflación. El análisis detallado de las ventas revela que, mientras que las ventas de ropa experimentaron un aumento del 2,4%, las de joyería cayeron un 2% y las de productos electrónicos disminuyeron aproximadamente un 0,4%. Por otro lado, las ventas por internet registraron un fuerte incremento del 6,3% en comparación con el año anterior, mientras que el gasto en persona aumentó de forma más modesta, un 2,2%.
El gasto de los consumidores representa una parte significativa, casi el 70%, de la actividad económica en Estados Unidos. Por esta razón, los economistas siguen de cerca los patrones de gasto de los estadounidenses, especialmente durante las temporadas festivas, ya que estos datos proporcionan información valiosa sobre la confianza y la salud financiera de los consumidores. En el contexto actual, ha surgido cierta preocupación sobre la disposición de los estadounidenses a gastar debido a los altos precios de los artículos de primera necesidad. Esta preocupación se ve agravada por la disminución de los ahorros y el aumento de la morosidad en las tarjetas de crédito. Ante esta situación, los minoristas han respondido adelantando los descuentos en los productos navideños en comparación con años anteriores. Además, han sido más cautelosos en la planificación de sus inventarios, recordando el impacto que tuvo la saturación de almacenes el año pasado. En resumen, la combinación de un mercado laboral sólido con un crecimiento moderado en las ventas minoristas refleja un panorama económico mixto en Estados Unidos. A medida que avanza la temporada de compras navideñas, los datos de gasto de los consumidores seguirán siendo un indicador clave para evaluar la salud económica general y la confianza del consumidor. En un giro inesperado, los estadounidenses aumentaron su gasto de octubre a noviembre al dar inicio a la temporada navideña no oficial, destacando así el poder de los compradores a pesar de los precios elevados y otras preocupaciones económicas. Según cifras actualizadas del Departamento de Comercio publicadas el jueves, las ventas minoristas aumentaron un 0,3% en noviembre en comparación con octubre, cuando habían experimentado una disminución del 0,2%. Este incremento fue una sorpresa, ya que se esperaba que las ventas volvieran a caer en noviembre debido a una serie de factores, incluida la incertidumbre económica. Excluyendo las ventas de automóviles y gasolina, el aumento fue aún más significativo, con un aumento del 0,6%.

Los consumidores estadounidenses, que han sido un motor clave del crecimiento económico del país a lo largo del año, continuaron demostrando su poder adquisitivo al acudir a tiendas físicas, realizar compras en línea y frecuentar restaurantes. Este comportamiento refleja una confianza resiliente en la economía a pesar de los desafíos económicos y los precios más altos. El hecho de que el gasto minorista haya superado las expectativas sugiere que los consumidores siguen dispuestos a gastar, incluso en un entorno de precios al alza y otras preocupaciones económicas. El aumento en las ventas minoristas durante la temporada navideña es especialmente significativo, ya que el gasto de los consumidores durante este período puede tener un impacto significativo en la economía en general. Los minoristas esperan con ansias este período para impulsar sus ventas anuales, y un aumento en el gasto durante la temporada navideña podría ser un indicador positivo para la salud económica a corto plazo. El comportamiento de los consumidores en los próximos meses será fundamental para comprender la dirección que tomará la economía, ya que el gasto del consumidor representa una parte significativa del producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos. Si los consumidores continúan mostrando una disposición robusta para gastar, esto podría respaldar una recuperación económica sólida a pesar de los desafíos actuales.

El negocio en restaurantes aumentó un 1,6%, mientras que las ventas en las tiendas de muebles subieron un 0,9%. Las ventas por internet registraron un alza de 1%. La venta en tiendas de ropa y accesorios creció un 0,6%. Sin embargo, las ventas de electrónica y electrodomésticos cayeron un 1,1% y las ventas en tiendas departamentales se desplomaron un 2,5%. Las cifras no están ajustadas a la inflación.

La necesidad de gastar de los estadounidenses parece tener cierto margen de acción, incluso después de un gran verano. El gasto del consumidor se disparó en el trimestre de julio a septiembre. Los economistas esperaban que el gasto se desacelerara en los últimos tres meses del año conforme aumentan la deuda de las tarjetas de crédito y la morosidad, aunado a la caída de ahorros.

“Al tiempo que los consumidores siguen enfrentando los obstáculos causados por el aumento de los costes de endeudamiento, las condiciones crediticias más estrictas y precios elevados, un mercado laboral todavía fuerte, una tendencia positiva en los ingresos y un alivio de las presiones sobre los precios deberán mantener el gasto y el crecimiento positivos por ahora”, escribió Rubeela Farooqi, economista jefe de Estados Unidos para High Frequency Economics.

Los datos de empleo de Estados Unidos la semana pasada mostraron que los empleadores agregaron 199.000 puestos de trabajo en noviembre y la tasa de desempleo disminuyó al 3,7%.