DESPUES DE LA TORMENTA…

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Ofrezco mis disculpas a mis queridos lectores por no continuar con el tema del aborto. Creo que eso lo puedo retomar la próxima semana primero Dios… si es que no pasa otra tragedia como la de Otis… que espero que NO. Que nunca mas vuelva a pasar una desgracia mas de la que ya tenemos con Obrador. Dice el dicho… “después de la tormenta viene la calma”. Pero, creo que en este caso no cuenta. Creo que lo único que ha vuelto a la calma es el mar… creo. Nadie puede explicar lo que sucedió… nadie.  Cómo es posible que una tormenta que parecía que no traía nada en unas horas se haya convertido en un huracán categoría 5… lo máximo en el nivel de desmadre.  NUNCA había pasado eso… es lo que creo. Nunca, se había registrado un cambio de esa magnitud. Y como nunca se había registrado este fenómeno pues no se estaba preparado en ninguna forma. Lo que pasa es que como nunca había pasado… se pensó que NUNCA iba a pasar… pero pasó. En un tiempo en que todo lo tenemos a la mano… se nos pasó en un abrir y cerrar los ojos. Y lo que es peor… pasó de noche. Como quien dice literalmente… “De la noche a la mañana todo cambió”. Es aquí en donde me quiero detener y reflexionar no en lo que pasó… sino en lo que viene… que de calma no tiene nada.

Calma… solo en el mar que pareciera que no se da cuenta de lo que pasó en el estado de Guerrero. Calma porque uno ve el mar y no a la costa pareciera que nada pasó. Pero que cuando uno voltea la mirada y ve la costa… apenas empieza el suplicio.  Cómo se supone que uno pueda sobrevivir sin agua, sin electricidad, sin alimento, sin gasolina, sin casa, sin donde dormir… cuando todo lo damos por hecho. Cómo explicarles a los niños lo que esta pasando cuando uno mismo no lo sabe… cómo. Totalmente destruida la ciudad de Acapulco. Pareciera que la ciudad fue bombardeada sin misericordia. La gente en su necesidad de comer busca qué comer entre los escombros… no lo puedo creer. Podría hablar de las bestias que hicieron un saqueo a las tiendas llevándose todo lo que se pudiera mover, pero no. No lo hago porque me va a volver a dar el dolor en la vesícula del coraje y pues mejor cuento hasta… 100000.  Volviendo a la tragedia; la ciudad vive del turismo y este no volverá a la ciudad hasta… no se sabe. Puede ser que en un año vuelva a la “normalidad”. Normalidad que no muchos podrán aguantar porque nada quedó. Hay que empezar como quien dice de CERO. Ojalá y no vuelva a llover por un buen tiempo en ese lugar porque entonces una vez mas se va a crear un caos que para que lo digo. Digo que no llueva porque la gente no tiene como cubrirse de la lluvia. La gran mayoría de las casas se quedaron sin techo. Sin electricidad… los mosquitos se van a multiplicar a lo bruto y la gente no podrá descansar. ¿Y los niños? También sufrirán las consecuencias de este fenómeno. La mayoría de los habitantes viven del turismo y no volverán a trabajar por mucho tiempo, hasta que los hoteles empiecen a funcionar. En otras palabras, los habitantes trabajan en el comercio informal y no van a tener ingresos para poder sobrevivir.
“Lo peor que les podría pasar, sería que un sismo les pegara… dijo una persona. Volteé y no dije nada. ¿Cómo es posible que un sismo fuera lo peor? Pensé. ¿Qué más destrozo puede ocasionar un sismo? El huracán no dejó para un sismo. Creo que lo mas probable es que muchas personas van a tener que salir de Acapulco. El problema… ¿A dónde van a ir? Si con la crisis migratoria que hay con los hermanos cubanos, venezolanos, centroamericanos, haitianos… ya estaba rebasado el país, ahora con los acapulqueños se va a empeorar la situación. Pero aquí se va a presentar otro problema. Los inmigrantes que viajan por el país queriendo pasar a EU van a ver la oportunidad de buscar provecho de la situación en ese estado. Por lo pronto hay que reanudar la electricidad… para poder aliviar un poco la situación. Ya con la electricidad en función se podrá empezar a restaurar la ciudad. Hospitales, escuelas, negocios… todo se llevará un buen tiempo. El problema va a ser que; sí la ciudad vive del turismo, este no vendrá hasta el próximo año.  ¿De dónde saldrá para ayudar a la gente que se quede a reconstruir la ciudad? No hay dinero. El Fondo Nacional para Desastres Naturales lo desapareció Obrador.   No hay dinero para levantar a la ciudad.  Creo que la lección ha sido dada y ha sido aprendida. Según datos, no hay refugios para ese tipo de tragedias. Creo que ahora todos los edificios tendrán que contar con refugios para sucesos de esta naturaleza. Me refiero a todos los negocios, hoteles y casas. “Vale más tenerlos y no usarlos que usarlos y no tenerlos”. Dice el sabio y reconocido refrán: “El que se quema con leche, hasta el jocoque le sopla”.  OTIS va a marcar un antes y un después en el estado de Guerrero.
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gammaliel9.10@gmail.com

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