Lo siento mucho, pero tenemos casa llena- le dice el encargado.
Mi no entender eso… ¿ser hotel o casa? pregunta destanteada.
Bueno primita… el hotel está lleno. No tenemos un cuarto para usted-
Yo estar mucho cansada… ¿mi entiende?
Si primita, pero no tenemos cuarto para usted-
“Plis”… (o sea por favor), yo tener mucho “moni” para usted… sí yo poder descansar esta noche-
Bueno, tengo un cuarto, pero hay un problema-
No importar problem…-
Es que ese cuarto tiene garrapatas, primita-
No importar eso, yo estar mucho cansada… “plis” (por favor)-
Se pone de acuerdo con el encargado y se va a dormir al cuarto. A medianoche entraron unos maleantes y la violaron, Aparte de robarle lo que tenía.
Al día siguiente ella va a recepción, y el encargado le preguntó cómo le había ido con las garrapatas. ¿Garrapatas? Garranalgas, garrapiernas, garrachichis… garratodo-  Esta es una de las noticias que no me gusta tocar, porque me da rabia de la mala. Hay rabia de la buena… pero esa no me da con este tipo de noticia.
¿Qué pensar de esta gente de Acapulco que vació cuanto negocio se le atravesó?
¿En qué estaban pensando esta gente que no se midió en la rapiña? Como buitres (perdón a los buitres) no dejaron nada en las tiendas de… cualquier tipo.  Una rapiña que pocas veces la he visto. Una rapiña que nada más la gente de color sabe hacer en este país de EU.
Basta recordar lo que sucedió en 1991 en Los Ángeles California. Parecía el fin del mundo.
Era casi imposible creer lo que estaba pasando. ¿Qué tenía que ver la manifestación con la rapiña que se estaba dando en esa ciudad? Los Ángeles nunca olvidará esos días trágicos.
Lo mismo Acapulco. No olvidará el huracán Otis… menos el saqueo a cuanto negocio se les puso en el camino a los habitantes de esa ciudad.
Tampoco soy de los santos que se la pasan persignándose todo el día. Entiendo muy bien que la gente lo primero que pensó fue en que se iba a escasear la comida y el agua…  hasta ahí los entiendo. A lo mejor pensando en la familia… ok. Pero llevarse cajeros automáticos, computadoras, teléfonos, lavadoras, refrigeradores, estufas… a eso le llamo NO TENER MADRE.
Creo que la rapiña se puso a la par del huracán Otis… si no es que peor.
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Se encienden las luces del centro del circo y aparece una jaula grande con un león… muy feroz dando vueltas en la jaula.
Se enciende otra luz y aparece la domadora de animales con un trajecito muy… perdón, no lo iba a decir, pero sí, muy sugestivo.
Abre la puerta de la jaula y entra. Cierra con llave y da unos latigazos al aire.
Bésame- le grita al león
El león no hace caso y da otro latigazo al aire.
Bésame- el león no hace nada.
Otro latigazo y el león se acerca a la domadora y le da un beso.
Luego se escucha por las bocinas del circo…
¿Alguien se atrevería a hacer los mismo?
Nadie responde.
¿Alguien se atrevería a hacer lo mismo? Se escucha una vez más. Nada Por última vez… ¿alguien se atrevería a hacer los mismo? Un hombre levanta la mano y le piden que se haga llegar al centro del circo. El hombre baja lo más rápido que puede y cuando llega a la jaula le preguntan…  ¿Usted sería capaz de hacer lo mismo?
Claro que sí, y hasta más… solo les pido que me saquen al león por favor, y van a ver de lo que soy capaz de hacerle a la nena- dijo con una sonrisa malévola el desgraciado
¿Por qué será? Mucha gente se pregunta y nadie tiene la respuesta correcta.
¿Por qué cuando los hombres nos vamos a estacionar o andamos buscando una dirección le bajamos a la música?
Se han hecho estudios y pues parece que no hay respuesta a esa pregunta.
Al menos tengo una idea. Los hombres no podemos hacer dos cosas al mismo tiempo. Y añadiría que; nos concentramos mejor si no nos molesta lo que nos estaba gustando escuchar.
Pero la conclusión a mi entender es otra. ¿A quien fregaos le importa lo que hacemos o dejamos de hacer para hacer lo que tenemos o debemos de hacer? ¿A quién? pregunto, ¿a quién?
Sugerencias, comentarios y opiniones favor de hacerlas llegar a: gammaliel9.10@gmail.com