EL SONIDO… continuación
Sin duda que esta película “The Sound of Freedom” está calando muy
hondo. No importa si no le importa la película. Y voy a decir porqué.
Si no le importa es porque los niños no son nada para usted. Siga viviendo
en su mundo de color de rosa. Haga lo que se haga a usted no le va a
interesar porque no le importan los niños. O tal vez se podría uno suponer
que esta inmiscuido en ese tipo de relación. Por algo no le interesa… por
algo.
Ahora que si usted es de las personas consciente que sabe muy bien de que
lo sé trata la película es muy cierto. Tan cierto que pareciera que no es
real… y que mejor prefiera ver otro tipo de película porque no quiere o no
le importa lo que pase a su alrededor.
Es mas real de que creemos que es esta situación de pedofilia. No es de
ahorita… es de siempre. Pero ahora con tanta tecnología que se tiene nos
damos cuenta de lo que existe.
Lo dije la semana pasada. Esto es mas de lo que creemos que esta
pasando.
Mucha culpa la tenemos los padres que no nos damos el tiempo por ver
que es lo que están haciendo nuestros hijos.
Nos metemos en nuestro mundo que lo que hagan nuestros hijos no
tenemos tiempo para ver que es lo que piensan, qué creen.
Hemos sido absorbidos por el trabajo que se nos pasa el tiempo y no no
damos cuenta de lo que pasa.
Digo que tenemos mucho de culpa porque los dejamos con sus
computadoras o teléfonos al alcance de esas personas que solo buscan una
oportunidad para hacer sus cochinadas con los niños.
Esta tecnología nos esta matando moralmente. Tenemos tanta tecnología
de comunicación que nos olvidamos comunicarnos con quien debemos de
hacerlo.
Solo basta un click para perder a nuestros hijos. Solo basta un segundo
para que la mentalidad de ellos se vaya al abismo.
Culpa de nosotros los padres que, se nos olvida que a nuestros hijos se les
hace fácil todo, que no miden las consecuencias de lo que hacen.
Otras veces hasta cooperamos con ellos para echar a perder su futuro.
Los damos lo que ellos quieren… no lo que necesitan.
El ejemplo lo tenemos en la película en donde los padres están de acuerdo
para que sus hijos sean famosos.
Les podría contar la película… pero sería mucho mejor que la fueran a ver.
Vale la pena hacerlo.
Siguiendo, repartiendo culpas… sigo diciendo que los padres tenemos la
culpa porque no medimos las consecuencias de nuestros actos. Por
ejemplo, (esto no está en la película). Nos hemos dado cuenta de cómo los
padres en su afán de llegar a este país dejan en manos de no se quien sus
niños. No sabiendo o ignorando lo que les pueda pasar.
Por ejemplo; hay muchos niños en la frontera esperando pasar a este país.
Es un punto estratégico para que personas sin escrúpulos aprovechen la
ocasión para hacer desaparecer a los niños.
Lo dije la semana pasada… todo un negocio redondo. Porque esos niños
serán usados sexualmente hasta que ya no les sirva para el sexo. Pero aquí
viene la segunda parte del negocio… el tráfico de órganos.
Lo dije la semana pasada… un negocio mucho mas fuerte que la misma
droga.
Puedo aceptar hasta cierto punto que una persona se drogue… muy su
cuerpo. Pero cuando ya está de por medio un menor de edad que todavía
su inocencia esta limpia se tenga que usar su cuerpo para el placer de
gente mayor… me parte el corazón. Me da un coraje de la fregada que
ojalá y me tope con una de esas personas. Conociéndome como soy… no
me podría contener.
Ese tipo de personas por decreto no deberían de vivir. Aquí es en donde
me gustaría que estuviera vigente la ley del talión.
Que hubiera leyes mucho mas efectivas en donde simplemente si una
persona es tomada en este tipo de situación no se le debería de defender
para nada. Al contrario… pena capital.
Lo que pasa es que las leyes son benévolas cuando se consigue un buen
abogado, cuando es influyente.
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