CLAVE: MEDIDAS

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Ahora sí que me quedé con la boca abierta. Esta es la primera vez que me
quedo sin habla. En serio, pensé que todo lo sabía, pero ahora después de
recibir tu carta me tengo que quedar con la cabeza gacha.
No estás hablando en serio ¿verdad? Dices que cuando un hombre quiere a
una mujer, en lo primero que se fija es que sea una mujer perfecta en
medidas… 90-100-90.
Tú crees que cuando un hombre se fija en el cuerpo, en las medidas de las
mujeres… ¿es amor a primera vista? Noooooooooo, claro que no. Bueno,
a solo que las tenga, pero ¿y si no las tiene?…
¿Qué acaso el amor tiene medidas? Claro que no, pero ¿qué le vamos a
hacer?
No sé en realidad de cuando para acá los hombres queremos meter a la
mujer en esas medidas. Ellas no nos piden que midamos tanto de pecho,
de cintura o de cadera. Ellas son más inteligentes y no andan preguntando
que tanto tenemos de pecho, de panza o pompas. Y qué bueno que no lo
hacen porque entonces estaríamos bien fregados los hombres.
A ellas lo único que les interesa y vaya que les interesa es saber si… no se
si decirlo o no. Y es que luego me meto en cada situación embarazosa.
Pero hay que hablar con la verdad, el amor ha dejado de ser ciego para…
ellas. Ellas en su inteligencia en cierta medida no piden medidas… lo
único que piden es que seamos… unos buenos para todo.
Buenos en ganar dinero, buenos en fidelidad, buenos para cortar el césped,
buenos para esperarlas en las tiendas de ropa, buenos para soltarles la
cartera, buenos en serles fieles, buenos para hacerlas reír… y ¿las
medidas?
Es cuando se dice… el amor es ciego. Porque no faltara quien te diga…
¿qué le viste?
Alguien dijo que para sapo hay una piedra. Es por eso que vemos cada
pareja dispareja.
Recuerda que cuando el amor es ciego no importa si las medidas de ellas
son:
“no entra, se sienta y revienta.
CLAVE: CUCU
Mucho se ha hablado del cucú, pero nadie lo ha visto, nadie sabe su
origen… pero todo el mundo lo menciona.
Es más, hasta se ha dicho que da miedo, que espanta, que pone la piel de
gallina… y no se cuanta cosa más. Nada más que mentira y más mentiras.
¿Dónde ha quedado ese cucú de cuna?
¿Dónde ha quedado esa canción de la rana?
Todo se ha dejado a que los escritores pongan ese cucú en donde les da la
gana… y no respetan para lo que realmente fue creado.
cucú… cantaba la rana… cucú… quien canta ahora esa canción?
cucú y daban las doce… cucú y daban la una… y salía el pajarito y daba la
hora… cucú y salía una vez más.
Nunca supe cómo es que el pajarito sabía a qué horas tenía que salir a
darnos la hora… siempre tan puntual el carajo.
Lo que, si me llena de enojo, de ira es que se ha desvirtuado todo esto para
dar paso al cu-cuy… nada que ver.
Todo el mundo cree que es el mismo cucú de la rana, del pajarito que da la
hora.
Por favor ya dejen de estar ofendiendo al cucú… el sigue siendo el mismo
y nada tiene que ver con el cu-cuy.
Mucha gente me ha preguntado que cómo es… y sí sé cómo es, pero no
me atrevo a revelar este secreto que por años… no sé cuántos ha
prevalecido en el folclor hispano… no sé qué eso, pero ¿a poco no se oyó
bonito?
Si se llegara a revelar que es el cucú… se acabaría el encanto… el misterio
cucú cantaba la rana… cucú debajo del agua
cucú y eran las doce… cucú era la una… que ternura, que dulzura… con
ese pensamiento nos debemos de quedar… he dicho.
Nomás que me venga Maluma, Bad Bunny o el mentado Peso Pluma con
descomponer esta canción porque les parto su madre… como dijo (hace
años) el expresidente Felipe Calderón a Hugo Chávez y a Lula, presidente
de Brasil… “juntos o por separados…” Creo que si les puedo dar en la
madre a los tres juntos. Que no me busquen porque… creo que si.

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