Hace unos años mi hermana Bety y mi madre iban de aquí Dallas para Nuevo Laredo Tamaulipas. en un tramo del camino mi hermana “le metió la pata” como comúnmente decimos. No le duró mucho el gusto, cuando menos acordó tenía a la policía detrás de ella. El oficial le preguntó…
– ¿Sabe por qué la detuve?
– Realmente no-
– Iba a 90 mph.
– ¿En serio? Preguntó mi hermana asombrada.
– Así es- dijo el oficial.
– En este carro nuevo ni se siente la velocidad- dijo mi hermana.
– Debería de tener más cuidado-
El policía le da la multa y se retira.
Por un ratito se quedo mi hermana como atarantada por lo que había pasado. En eso estaba cuando mi madre le pregunta…
– ¿Cuál es la velocidad que alcanza el carro hija?
– 140 mph-
– ¿Y a cuánto ibas?
– 90
– No entiendo, ¿le ponen mas millas de lo que debe de correr? ¿Con qué propósito?
Mi hermana solo se rio. ¿Acaso no tiene sentido lo que dijo mi madre? Si el límite de velocidad es 75… vamos, que sean 80 mph, para que carajos le ponen más velocidad de la que debe de correr. Cuando usted se compra una moto de esas deportivas ¿con qué propósito la compra? No es la de lucirla en la cochera ¿cierto? Tampoco la de pasear en el parque… el propósito es que cuando se presente la oportunidad meterle la pata y sentir la velocidad en carretera ¿no? Hace unos meses platicando con un conocido me preguntó que si tuviera el dinero me compraría un Ferrari…Nop, fue mi respuesta.  ¿No te gustan los Ferraris?
– Claro que me gustan.
– ¿A poco no te gustaría tener un Lamborghini?
–  Nop- volví a decir.
– ¿En serio? Pero ¿por qué?
– No me gusta la velocidad, y ¿para qué quiero un carro deportivo si no me gusta la velocidad? Comprarme un deportivo es como comprarme una caja de muerto, así de sencillo. La semana pasada un muchacho de 30 años de edad “murió de muerte natural” en su Lamborghini.
Usted se preguntará como que de muerte natural. Sencillo se estrello con su carro deportivo que partió el carro en dos y pues murió de muerte natural. ¿A que velocidad iría el ingrato como para partir el carro en dos? Si ya se que esos carros son muy frágiles. Pero partirlo en dos… por Dios. No mse necesita mucha inteligencia para saber que debió de ir a más de 150 mph. Por un momento vamos a imaginarnos un mundo perfecto. Que todos los autos… dije TODOS no suban arriba de 80 mph. ¿Se imagina cuantos accidentes, cuantas muertes nos evitaríamos? ¿cuántas compañías de seguro quebrarían? ¿Quién las iba a necesitar? Hace tiempo tuve un compañero de trabajo que le gustaba participar en carreras de autos clandestinas. Cada fin de semana lo hacía.
– ¿No te ha agarrado la policía?
– Si
– ¿Y?
– Nada, le paso el ticket a mi abogado y ya.
– ¿Así de sencillo? Todo tiene solución, menos la muerte. ¿Se imagina que los carros no corrieran arriba de 80 mph? No habría carreras de autos. Pero no, tiene que haber ese tipo de cosas porque negocio es negocio ¿no? Que hubiera una relación del pago de la aseguranza con el motor del carro. No se pagó la aseguranza… el carro no enciende.
Los pasajeros no se han puesto el cinturón de seguridad… el carro no enciende. Se ha subido cerveza, licor, vino al carro… el motor no enciende. El carro debe de tener un dispositivo que en cuanto se da cuenta de que el conductor está ebrio o esta de mal humor… el motor no enciende.  Un mundo perfecto… pero no sería negocio.  El mundo gira alrededor del dinero, si no hay movimiento no hay vida. Me imagino el muchacho del Lamborghini, nunca pensó que moriría haciendo lo que mas le gustaba… en su deportivo a toda velocidad.
Ahora imagínese a un carro deportivo corriendo a la velocidad de 80 mph… en una carrera, pues no verdad. Todo tiene un límite, menos la muerte, ella no sabe de eso. Sugerencias, comentarios y opiniones favor de hacerlos llegar a: gammaliel9.10@gmail.com