EL FIN JUSTIFICA EL MEDIO
Llega un nuevo director al manicomio. Quiere hablar personalmente con
los internos… así que los va pasando de uno en uno.
–
Y tu ¿quién eres?- pregunta el nuevo director
–
Yoooooo soy Napoleón Bonaparteeeeee!!!!!
–
Bien, el que sigue… y tu ¿quién eres?
–
Soy Napoleón Bonaparte.
–
Pero, ya tenemos un Napoleón
–
No me importa… yo soy Napoleón.
–
Bien, el que sigue… y tu ¿quien eres?
–
Yo soy Napoleón Bonaparte… si señor.
–
¿Otro Napoleón? Ya tenemos dos y contigo tres… el que sigue.
Tu
quien eres?
–
Soy Napoleon Bonaparte
–
No puede ser, ya tenemos tres y contigo son 4.
Esto no es posible.
El director manda reunir a todos los loquitos y les dice que eso no puede
ser… solo puede haber un Napoleon Bonaparte.
–
Como que no se puede? Quien dijo que no se puede- pregunta una
loquita
–
Y tu quien eres?
–
Soy Josefina.. la esposa de los cuatro Napoleones.
Golosa la condenada loquita… se me hace que no estaba tan loquita.
Que, ¿qué? JA JA JA JA JA JA JA JA JA… deveras que empezamos bien el
año. Había leído artículos chistes, comentarios y un montón de cosas
empezando el año… pero esto que leí, sí que me hizo reír. Bueno, en lo
particular me hizo reír. A lo mejor a usted no, y pues también es creíble.
Ahora resulta que es saludable llorar por tu ex. Estamos hablando del
rompimiento del matrimonio.
Cuantas veces hemos escuchado cuando un matrimonio rompe, decirle a
quien tenemos a la mano que no llore.
“No vale la pena”, “te dije que no te convenía”. Frases por ese estilo que
las tenemos preparadas. Y la que es mas común… “No llores”.
Las razones para llorar por tu ex son dos, según los científicos. Primero:
para que se quite el dolor y segundo: para que baje de peso.
Iba a ponerme a explicar lo de la hormona cortisol, pero creo que no vale
la pena. Si usted quiere llorar… llore. Ya sea de alegría o de dolor, pero
llore. No importa el motivo, si es por el dolor o para bajar de peso. Ya lo
dice el sabio y reconocido refrán… “el fin justifica el medio”.
Dicen que una vez Dios invitó a satanás a que escuchara lo que los
humanos decían de él… de satanás.
Ponen en “línea” a un hombre que estaba rezando.
–
Diosito… perdóname, pero es que no puede con la prueba que me
puso satanás y le he robado a la compañía para la cual trabajo.
–
El que sigue… dice Dios.
En la “línea” una señora… – Diosito perdóname, pero es que satanás se
adueñó de mi lengua y me puse a inventar chismes de mi vecina… pero
fue porque satanás me incitó a hacerlo.
–
El que sigue…
Una jovencita… – Diosito, perdóname porque no me aguantar tener
relaciones sexuales con ese chico… creo que es mi novio. Pero es que no
pude con la tentación que me puso satanás… si no fuera por él yo seguiría
virgen, verdad que si.
–
El que sigue… dice Dios.
Un jovencito… – Diosito perdóname, pero es que satanás tiene la culpa
que le entre duro a la droga.
Si no fuera por él no hubiera pasado nada.
–
¿Ves lo que la gente dice de ti satanás? ¿Satanás? ¿Satanás? ¿Dónde
estas?
En un rincón estaba llorando satanás.
–
En serio Dios… te juro “por esta” que nada tengo que ver con esta
gente. En mi vida los he visto-
Que ¿qué? No por Dios, dejen las cosas como están.
¿Quién le pone sabor a los matrimonios? Las suegras.
Hay un artículo en donde se dan consejos para dejar de ser “mala
suegra”. Noooooooooo… pero si son ellas las que le ponen sabor al caldo.
¿Dejar de meterse en la vida de sus hijos (as)? casi imposible.
¿Dejar de molestar a su nuera o yerno? Dios… casi imposible.
Y ¿si mejor dejamos que las suegras sigan siendo suegras? Digo, no vaya a
ser que el Diablo se enoje y entonces si. Dejemos las cosas con el orden
que le ha dado la “madre naturaleza”… ¿estamos?
Sugerencias, comentarios y opiniones favor de hacerlos llegar a:
gamma9_10@yahoo.com
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