El incremento en la angustia psicológica entre los latinos documentados e indocumentados señala la importancia de abordar no solo las políticas migratorias, sino también el discurso y la percepción social en torno a la inmigración. Amy Johnson, profesora de sociología en Lehigh University, destaca que la forma en que se habla de la inmigración y su impacto en la vida cotidiana puede ser igualmente relevante que los cambios legislativos o políticos más concretos.

El incremento en la angustia psicológica entre los latinos documentados e indocumentados señala la importancia de abordar no solo las políticas migratorias, sino también el discurso y la percepción social en torno a la inmigración. Amy Johnson, profesora de sociología en Lehigh University, destaca que la forma en que se habla de la inmigración y su impacto en la vida cotidiana puede ser igualmente relevante que los cambios legislativos o políticos más concretos.

La incertidumbre y el miedo a la deportación pueden tener efectos devastadores en la salud mental de los individuos y sus familias. La constante preocupación por el futuro, el estrés emocional y la ansiedad pueden afectar la calidad de vida y el bienestar psicológico de manera significativa. Además, el clima político y social hostil hacia los inmigrantes puede intensificar estos problemas y crear un entorno aún más adverso para quienes ya están lidiando con el estrés de la migración.

Es fundamental abordar estos desafíos desde una perspectiva integral que incluya políticas migratorias más humanitarias, así como programas de apoyo y servicios de salud mental accesibles para la comunidad latina. Esto requiere un enfoque colaborativo entre el gobierno, las organizaciones comunitarias y los profesionales de la salud mental para garantizar que se satisfagan las necesidades de aquellos que enfrentan dificultades debido a su estatus migratorio.

Además, es importante destacar la importancia de la sensibilización y la educación pública sobre los impactos negativos de la política migratoria y el estigma asociado a la inmigración. Promover la comprensión y la empatía hacia los migrantes puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad que enfrentan en su vida diaria, y fomentar un ambiente más inclusivo y solidario para todos los miembros de la comunidad.

Los acontecimientos políticos mencionados por Amy Johnson, como la elección de Donald Trump como presidente en 2017 y el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), han tenido un impacto significativo en la salud mental de la comunidad latina en Estados Unidos. El programa DACA, anunciado por el gobierno de Barack Obama en 2012, proporcionó un alivio temporal a más de 800 mil migrantes indocumentados que fueron traídos al país cuando eran menores de edad. Esta medida no solo benefició a los beneficiarios directos del programa, sino que también alivió las angustias de muchos latinos que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses.

Por el contrario, la gestión presidencial de Donald Trump generó una atmósfera de incertidumbre y temor entre los latinos no ciudadanos. Las políticas migratorias restrictivas y la retórica antiinmigrante promovida por la administración Trump aumentaron los niveles de ansiedad y depresión en la comunidad latina, especialmente entre aquellos que vivían en situación de indocumentación o que tenían seres queridos en esa condición. El constante temor a la deportación y la separación familiar contribuyeron a un aumento en los síntomas de estrés y angustia emocional.

El cambio en las políticas migratorias y el tono político hostil hacia los inmigrantes durante la administración Trump también tuvo un impacto en la percepción de seguridad y pertenencia de los latinos en Estados Unidos. Muchos se sintieron marginados y discriminados, lo que exacerbó los sentimientos de alienación y desesperanza en la comunidad. La retórica antiinmigrante promovida por el gobierno Trump también tuvo un efecto polarizador en la sociedad estadounidense, creando tensiones interraciales y aumentando la división en la comunidad.

Los resultados de este estudio subrayan la importancia de abordar las causas subyacentes de la angustia psicológica en la comunidad latina, incluyendo las políticas migratorias y el clima político. Es fundamental implementar medidas para proteger la salud mental de todos los miembros de la comunidad, independientemente de su estatus migratorio, y promover un ambiente más inclusivo y compasivo para todos los residentes de Estados Unidos.

El estudio también estuvo dirigido por Christopher Levesque, de Kenyon College, Neil Lewis, profesor de comunicación en la Universidad Cornell, en Nueva York; y Asad Asad profesor de sociología en la Universidad Stanford, en California.

Los investigadores señalaron que, si bien hay impactos directos de los cambios en el gobierno federal y sus políticas de inmigración, no son sólo las elecciones presidenciales las que tienen consecuencias. Más allá del nivel federal, los investigadores encontraron que el contexto cotidiano relacionado con la inmigración y las operaciones policiales también causan angustia psicológica.

Un ejemplo de este impacto es el de las solicitudes del servicio de control de Inmigración y Aduanas (ICE) para la transferencia de personas detenidas por la policía local.

Aunque los latinos nacidos en Estados Unidos no son susceptibles de deportación los acontecimientos relacionados con la inmigración también impactan sus salud mental, añadió el artículo.

Mediante el uso de Google Trends, los investigadores muestran que los latinos nacidos en EE.UU. experimentaron períodos de más angustia que coinciden con un aumento de las ‘búsquedas’ en Google de materiales relacionados con la deportación y la inmigración”, agregó el artículo.

Johnson afirmó que “el enfoque de la inmigración centrado en la deportación que el gobierno ha adoptado es psicológicamente dañino aún para ciudadanos estadounidenses”.