Trump, vestido con traje de chaqueta azul marino, entró en la sala con semblante serio y se sentó en la mesa principal frente al juez con su equipo de defensa, unos metros por delante de la fiscal Letitia James, impulsora del caso, que observaba desde la primera fila de la bancada en el extremo opuesto a Eric.

Según los medios acreditados en la sala, Trump se detuvo a las puertas de la sala brevemente y de nuevo arremetió contra el proceso judicial, que consideró un “engaño”, y contra la fiscal, a la que llamó “incompetente” y acusó de usar “cifras fraudulentas” en su contra, en lugar de combatir la criminalidad en la región. La sesión comenzó con el juez Arthur Engoron desmintiendo a Trump, que había escrito en su red social Truth Social que el tribunal ha reconocido que sus propiedades, en concreto Mar-a-Lago, tienen un valor más alto respecto al expuesto en las evaluaciones de la corte, en torno a 18 millones de dólares.

Engoron, que preside este juicio sin jurado, indicó que sabe que Trump no está de acuerdo con esos datos y que su equipo está recurriendo su primer dictamen sumario, en el que declaró al expresidente, sus dos hijos mayores, su empresa y dos socios responsables de fraude continuado por inflar el valor de los activos para obtener ventajas en préstamos y seguros.

Tras el inciso inicial, se retomó el testimonio del primer testigo, Donald Bender, un contable de la empresa Mazars, que trabajaba tanto con la Organización Trump como con el propio empresario, que está siendo interrogado sobre declaraciones de tipo financiero, en las que se basa el caso, de principios de la década pasada. Un juez de Nueva York impuso el martes una orden mordaza limitada en el juicio civil por fraude empresarial contra Donald Trump después de que el expresidente arremetió contra un miembro de la corte.

El juez Arthur Engoron emitió la orden durante una larga jornada de testimonios. La medida aplica a todas las partes involucradas en el caso y refiere a ataques verbales contra personal del tribunal. La orden se produjo después de que Trump criticó en redes sociales a la principal asistente legal de Engoron, Allison Greenfield.

La publicación incluía una fotografía de Greenfield con el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, en un evento público. Trump, el líder en los sondeos para la nominación presidencial republicana de 2024, se ha referido en reiteradas ocasiones a la demanda y al juicio como un ataque político de parte de la fiscal general de Nueva York, la demócrata Letitia James.

Trump escribió que era “lamentable” que Greenfield trabajara con el juez en el tribunal. Fuera de eso, y con Trump asistiendo de forma voluntaria al juicio por segundo día — y planea hacerlo por tercera ocasión —, el abogado de James interrogó a un contador en un intento de reforzar el argumento del estado de que Trump y otros miembros de su compañía tenían control absoluto sobre la elaboración de estados financieros engañosos o completamente falsos en torno a los cuales gira el caso.

Y Engoron aclaró un comentario que el expresidente había considerado como una importante victoria.

Engoron había insinuado el lunes que los testimonios relacionados con una declaración financiera de Trump en 2011 podrían haber caído fuera del límite temporal aplicable en la demanda de James. La denuncia asegura que Trump y sus empresas mintieron de manera crónica sobre su riqueza en los estados financieros que presentaron a bancos y aseguradoras, entre otros. Trump niega haber cometido delito alguno.

El periodo de prescripción pertinente descarta las afirmaciones relacionadas con las actividades previas a una fecha de 2014, y el equipo de abogados de Trump ha argumentado que dicha prescripción deja fuera la mayor parte del caso.

Engoron falló la semana pasada que todas las acusaciones estaba permitidas por el periodo de prescripción. Señaló el martes que el juicio no es “una oportunidad para juzgar nuevamente algo que yo ya había decidido” y que, durante las primeras etapas del juicio, está dispuesto a darles a las dos partes un margen considerable para relacionar evidencia previa con las acusaciones incluidas en la demanda.

El contador Donald Bender continuó con su testimonio sobre los años que trabajó en la elaboración de los estados financieros de Trump con cifras que le proporcionó la compañía del expresidente.

En algunos años, la Organización Trump no proporcionó todos los documentos necesarios para la elaboración de estados financieros, a pesar de asegurar en misivas enviadas al despacho contable que había entregado todos los registros financieros y que “no tenía conocimiento de haber retenido” datos relevantes.

“No daban todos los documentos que necesitábamos”, testificó Bender, explicando que “hubo algunas valuaciones por varios años que nunca habíamos visto”. En el contrainterrogatorio a Bender, el abogado Jesus M. Suarez se refirió con superlativos a Trump y cuestionó al contador sobre la magnitud de trabajar “para el 45to presidente de Estados Unidos, incluso posiblemente el 47mo presidente de Estados Unidos”.

Un abogado del estado desató las risas del tribunal cuando objetó la pregunta y cuestionó su relevancia. En cuanto a la orden mordaza, sin mencionar directamente a Trump, Engoron dijo que un acusado en el caso “publicó en una cuenta de redes sociales una publicación despectiva, falsa e identificando personalmente a un miembro de mi personal”. Añadió que “los ataques personales a miembros de mi corte son inaceptables, inapropiados y no los voy a tolerar”.

Trump ya había borrado el post. Engoron dijo que ordenó que fuera borrado.

Se tiene previsto que el juicio dure hasta diciembre.