El Instituto Nacional de Migración (INM) ha llevado a cabo una destacada operación en coordinación con diversas instituciones, resultando en el rescate de 125 personas extranjeras que se encontraban siendo transportadas ilegalmente en ocho camionetas de pasajeros. Este incidente tuvo lugar en la carretera Cuacnopalan-Oaxaca, donde las autoridades de migración realizaron acciones de verificación que llevaron al alto de la caravana en San Pablo Huitzo, en su trayecto hacia la capital oaxaqueña.

En un esfuerzo conjunto por asegurar el cumplimiento de las leyes migratorias y garantizar la seguridad de los individuos involucrados, se procedió a la revisión exhaustiva de las camionetas. Este proceso reveló la presencia de 125 personas migrantes que provenían de Honduras, Guatemala y El Salvador. Lamentablemente, estas personas no pudieron demostrar su estancia regular en territorio mexicano.

Este suceso pone de manifiesto la complejidad de los desafíos relacionados con la migración en la región. Las condiciones en los países de origen impulsan a muchas personas a buscar mejores oportunidades en otras naciones, y estas caravanas de migrantes reflejan la urgencia y la determinación de quienes buscan una vida más segura y próspera.

Las autoridades pertinentes enfrentan la tarea de abordar tanto las cuestiones humanitarias como las legales en estos casos. La situación plantea interrogantes acerca de las políticas migratorias, la cooperación regional y la protección de los derechos humanos de los migrantes. Además, se hace necesario considerar las medidas preventivas que podrían contribuir a abordar las causas subyacentes de la migración forzada, en aras de lograr soluciones más sostenibles a largo plazo.
Derivado de las acciones de verificación migratoria realizadas por el personal del INM, se pidió a los conductores de los vehículos detener su marcha en San Pablo Huitzo, en dirección a la capital oaxaqueña.
Se llevó a cabo la revisión al interior de las camionetas y se localizó a las 125 personas migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador, mismas que no pudieron comprobar su estancia regular en territorio mexicano.
Se  identificó a cinco menores de edad no acompañados (tres niñas y dos niños), así como 54 integrantes de diversos núcleos familiares y 66 adultos solos (39 mujeres y 27 hombres).
Luego de proporcionarles  alimentos, agua y asistencia médica, los adultos fueron conducidos a instalaciones migratorias, en tanto los núcleos familiares y menores de edad no acompañados fueron canalizados a un albergue del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).
Tres choferes y las ocho camionetas fueron puestas a disposición de las autoridades correspondientes.