Ola de ataques y represalias en Oriente Medio avivan temores de una guerra en toda la región
La mañana del martes en la Casa Blanca, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos John Kirby destacó que su país “no busca una guerra. No buscamos expandir esto. Los hutíes deben tomar una decisión”. Pero en su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, advirtió que el cúmulo cada vez mayor de ataques significa que los aliados deben “mantenerse atentos ante la posibilidad de que, en lugar de avanzar hacia una reducción de la violencia, estamos en camino a una escalada que tenemos que manejar”.
Desde que el devastador ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre desató una enorme campaña por tierra y aire por parte de las fuerzas israelíes, Estados Unidos y otros de aliados han expresado su preocupación de que el conflicto se expanda hasta convertirse en una guerra regional más amplia. Funcionarios diplomáticos y militares de Estados Unidos han hecho viajes urgentes por todo Oriente Medio para tratar de reducir las tensiones, pero el gran número de víctimas palestinas ha provocado indignación y se ha mencionado como un motivo para al menos algunos de los ataques. Desde noviembre, los hutíes han realizado repetidos ataques contra embarcaciones en el mar Rojo, afirmando que se trata de una venganza por la ofensiva israelí contra Hamás. Pero con frecuencia han atacado barcos con poca o nula relación con Israel, poniendo en peligro el tránsito marítimo en una ruta clave para el comercio mundial. En días recientes y en rápida sucesión, los hutíes dispararon un misil de crucero antibuque contra un destructor de la Marina estadounidense el fin de semana, el cual fue derribado. El lunes, los hutíes atacaron un barco propiedad de Estados Unidos en el Golfo de Adén, y un buque granelero con bandera de Malta en el mar Rojo el martes. Los ataques se produjeron a pesar del bombardeo que emprendieron el viernes aviones de combate y buques de Estados Unidos y Reino Unido contra más de 60 objetivos hutíes en 28 ubicaciones
Aunque Estados Unidos afirmó que los posteriores ataques marítimos de los hutíes han sido de menor escala y no tan complejos como los primeros, al parecer no se ha logrado disuadir al grupo miliciano. Y el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, ha elogiado las acciones del grupo.
De acuerdo con el Comando Central de Estados Unidos, Washington lanzó un nuevo ataque el martes contra los hutíes, destruyendo cuatro misiles balísticos antibuques que estaban listos para ser disparados y que representaban un peligro inminente para los barcos mercantes y de la Marina estadounidense en la región. Horas después, los hutíes reivindicaron el ataque contra el Zografia, el buque granelero con bandera de Malta. El barco fue alcanzado, pero nadie resultó herido, y la nave siguió su camino. El ataque del lunes contra el Gibraltar Eagle, propiedad de Estados Unidos, también produjo daños pero ninguna víctima, y también pudo seguir su camino. El vocero militar de los hutíes, el general de brigada Yahya Saree, dijo en una declaración pregrabada que dispararon contra el Zografia después de que la tripulación se rehusó a responder las llamadas de advertencia y que la embarcación se dirigía a un puerto en Israel. De acuerdo con el sitio web de seguimiento de embarcaciones Vessel Finder, el Zografia se dirigía a Suez, Egipto.
Si bien Irán proporciona armas y apoyo a los hutíes, no está claro qué tanto ha ayudado a planear o dirigir los ataques.
Teherán lanzó el lunes su propio ataque contra intereses israelíes, disparando misiles cerca del consulado estadounidense en el norte de Irak, contra lo que según su declaración se trataba de una sede del Mosad, la agencia de inteligencia israelí.
Cuatro civiles murieron y seis más resultaron heridos en el ataque en Erbil, sede de la región kurda semiautónoma, de acuerdo con el gobierno regional kurdo. La Guardia Revolucionaria de Irán dijo en una declaración que también disparó varios misiles balísticos contra “operaciones terroristas” en Siria, que incluían objetivos del grupo Estado Islámico que fueron destruidos Finalmente, la Armada estadounidense hundió el barco que transportaba las armas y detuvo a los 14 miembros de la tripulación. Los hutíes no han reconocido la incautación, y la misión de Irán ante Naciones Unidas no respondió a una solicitud de comentarios. Una resolución de Naciones Unidas prohíbe la transferencia de armas a los rebeldes hutíe. Teherán ha negado desde hace tiempo que suministre armas a los rebeldes, a pesar de que existen pruebas físicas, se han producido numerosas incautaciones, y de que los expertos relacionan las armas con Irán.
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