La cola que mueve a todos los perros

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Hay un dato oculto en un rincón de Wall Street que tiene la capacidad de mover al resto del mundo. Puede proveer el sustento para una larga expansión o puede provocar una hecatombe financiera. Es una sola cifra, tres dígitos con un símbolo de porcentaje. Y cuando esa cifra se mueve, las divisas de todas las naciones se agitan y los bancos centrales en todas partes se ponen alertas, como ocurrió con el peso mexicano y el Banco de México las últimas dos semanas. Ese número está en la cola de la curva de plazos, pero es la cola que mueve a todos los perros. Si uno hurga por las redes sociales, encontrará comentarios que achacan a los factores más disímbolos el comportamiento reciente del peso mexicano. Pero si uno mira la lira turca, el peso colombiano, el dólar canadiense o al euro, resulta que el comportamiento es muy similar. Sería aventurado atribuir los saltos del yen japonés a factores domésticos mexicanos.
La tasa de rendimiento de los bonos de largo plazo de Estados Unidos, en concreto, la del bono de 10 años, es el factor más influyente en el mercado de divisas del mundo, en el corto plazo, y en la economía real, en el mediano plazo. Y sus sobresaltos recientes son los que están sacudiendo a casi todas las divisas del mundo: desde el peso mexicano hasta el baht tailandés. En las últimas dos semanas, pero en particular en la semana anterior, el rendimiento del bono de 10 años de Estados Unidos trepó de manera muy acelerada, cerrando el viernes pasado en 1.34%, su nivel más alto en un año. Si bien, comparada con la serie histórica, la tasa permanece extraordinariamente baja, su incremento respecto del mínimo de enero ha sido notable y ha movido al mercado global de divisas y forzado a los bancos centrales, especialmente de los mercados emergentes, a revaluar sus expectativas de tasas de interés para los meses siguientes, pues de seguir el aumento en el rendimiento del bono de 10 años, los emergentes deberán de ofrecer mayor tasa para retener los capitales.
Una medida particularmente relevante es la tasa real, ajustada por las expectativas de inflación d el mercado. Para el plazo de 10 años, la tasa se ubicaba cerca de -1.2% al inicio de este año, y cerró el viernes pasado en -0.7%, un alza muy rápida. ¿Qué está detrás de esta alza acelerada en los rendimientos de los bonos de largo plazo que están moviendo al peso y a otras divisas y mercados? Curiosamente, una serie de buenas noticias.Los inversionistas esperan que el último paquete de apoyo aprobado por la administración Biden, acumulado a los otros dos paquetes previos, provoque un crecimiento económico más acelerado de lo proyectado originalmente, ayudado por el progreso en la inmunización social contra covid en vastas zonas del mundo.
Este mayor crecimiento, razonan los inversionistas, provocará un incremento en la tasa de inflación que, debido a la gravísima depresión económica inducida por la pandemia, ha llegado incluso a ser negativa. Con una inflación de cero o negativa, las tasas mínimas nominales de los bonos que hemos visto son atractivas, pero su brillo desaparece si la inflación se acerca a un 2.0%, como el mercado está estimando en este momento.
La política extremadamente laxa que la Fed ha mantenido desde el inicio de la pandemia hasta hoy ha ayudado a economías y divisas del resto del mundo a tener un dólar débil que les permite tener monedas locales fuertes, como nuestro peso, al tiempo que bajan aquí las tasas de interés. Pero si el mercado comienza a adelantarse a la Reserva Federal y comienza a descontar una inflación futura mayor a lo que el banco central estima, podríamos estar ante un escenario que solía verse en las décadas de los setenta y ochenta, pero que hace cuarenta años que no presenciamos: que los bancos centrales corran detrás de la inflación.
Muchísimas veces en el pasado, el mercado ha hecho sonar la alerta del regreso de la inflación y ha sido una falsa alarma. Veamos qué ocurre esta vez. Por lo pronto, la volatilidad del peso mexicano y casi todas las demás divisas ante el fortalecimiento del dólar provocado por el alza del rendimiento del bono de diez años fue una muestra de cómo esa colita es capaz de mover a todos los perros.
Por ahora es todo; mientras tanto, ¡!! AQUÍ NO PASA NADA ¡!! Para cualquier información, favor de comunicarse a: editorial@novedadesnews.com  y/o  tulmex@hotmail.com

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