El equipo de fútbol americano universitario de Michigan, dirigido por el entrenador Jim Harbaugh, logró un emocionante triunfo en el campeonato nacional universitario al vencer a Washington con un marcador final de 34-13. Este triunfo significó el primer título nacional para los Wolverines desde 1997 y marcó el punto culminante de un ascenso de tres años para el equipo.

El jugador destacado del partido fue Blake Corum, quien tuvo una actuación estelar al correr para 134 yardas y dos touchdowns en el cuarto período. Su desempeño fue fundamental para la victoria de Michigan, especialmente considerando que anotó el touchdown de la victoria en la semifinal del Rose Bowl contra Alabama.

El partido estuvo marcado por la determinación y el enfoque del equipo de Michigan, que no se vio afectado por las controversias que rodearon al programa debido a un caso de robos de señales. A pesar de estas distracciones, los Wolverines mantuvieron su concentración en el juego y lograron un desempeño destacado en el campo.

El momento decisivo del partido llegó cuando Corum avanzó desde la yarda 1 a 3:37 minutos del final, lo que amplió la ventaja de Michigan a 21 puntos. Esta jugada fue crucial para sellar la victoria y desencadenó la celebración en el campo, con el equipo y los aficionados entonando la tradicional canción «The Victors» de la Universidad de Michigan.

Para el entrenador Jim Harbaugh, este triunfo fue especialmente significativo después de nueve temporadas entrenando en su alma mater y de enfrentar ciertas adversidades en el camino. A pesar de haber sido suspendido durante seis juegos de la temporada, Harbaugh logró llevar al equipo a la victoria en el momento más importante, consolidando así su legado en la historia del programa de fútbol americano de Michigan. En general, la victoria de Michigan en el campeonato nacional universitario fue el resultado de un arduo trabajo, determinación y un desempeño excepcional en el campo. Este triunfo seguramente será recordado como un hito en la historia del equipo y como un logro destacado en la carrera de Jim Harbaugh como entrenador. Y lo hizo con un equipo que su antiguo entrenador Bo Schembechler, hubiera amado. Los Wolverines corrieron para 303 yardas ante Washington (14-1) y su defensiva le permitió a Michael Penix Jr. y el prolífico juego por aire de los Huskies sólo un touchdown e interceptaron dos veces al finalista al Trorfeo Heisman.