La presencia de la primera dama y el presidente en una festividad como Halloween es una tradición en Estados Unidos. Sin embargo, este evento en particular resalta la importancia de la lectura y la educación, ya que Jill Biden optó por regalar libros infantiles en lugar de dulces. Este gesto destaca la promoción de la lectura y el amor por los libros entre los jóvenes, lo que es un enfoque significativo en la Casa Blanca.

La elección de brindar libros como regalos es coherente con el énfasis que Jill Biden ha puesto en la educación desde que asumió el cargo de primera dama. Su experiencia como maestra le ha permitido enfocarse en cuestiones relacionadas con la educación y el bienestar de los niños, lo que se refleja en su elección de obsequiar libros a los estudiantes.

La celebración de Halloween es una tradición muy popular en Estados Unidos, donde los niños se disfrazan y salen a pedir dulces a sus vecinos. Sin embargo, este evento en la Casa Blanca agrega un componente educativo y refuerza la importancia de la lectura en el desarrollo de los jóvenes.

Esta celebración temprana del Día de Halloween es un recordatorio de que la educación y la lectura son valores fundamentales en la Casa Blanca, y que la primera dama y el presidente están comprometidos con el bienestar de los niños y su desarrollo educativo. El presidente llevaba una gorra con el sello gubernamental mientras regalaba chucherías temáticas de la Presidencia del país.

El tema de la festividad de este año era la lectura, por lo que la Casa Blanca estaba decorada con personajes famosos de la literatura infantil y leyendas de terror. La iniciativa fue una idea de la primera dama, que ha trabajado durante más de 30 años como profesora.

Por su parte el presidente, de 81 años de edad, estuvo hora y media dando caramelos a los niños bajo la lluvia.