El Austin Street Center Community Engagement 

Nota Novedades News 

Dallas, Tx.- La difícil situación de las cien o más personas cuyos hogares son, en el mejor de los casos, una tienda de campaña en esta zona abandonada de Dios del sur de Dallas, a menos de una milla del brillante y reluciente centro de la ciudad, es una miseria diaria.

Por esta media docena de calles entre la Interestatal 30 Este y Al Lipscomb Way, una vez un vecindario real, es ahora una tierra de nadie en su mayoría baldía para cualquiera que no sea para aquellos con muy pocas opciones.

La imagen es siempre una repetición de la misma escena sombría, pero es difícil no sentirse abrumado por la gran cantidad de personas sin protección, especialmente ancianos, discapacitados o ambos.

Vulnerables a la violencia y al deterioro de su salud, duermen en pequeños grupos de tiendas de campaña o en palés desprotegidos a la sombra del patio de trenes de DART, pequeños almacenes y edificios de apartamentos al azar.

En medio de toda esta necesidad caótica hay una pizca de esperanza: el casi terminado Austin Street Center for Community Engagement, duplicará el espacio de refugio de emergencia de la organización sin fines de lucro a unas 500 camas cuando abra en junio.

Los miembros de la población sin hogar de la ciudad se han instalado y vivido en viviendas improvisadas, como estas tiendas de campaña debajo de la Interestatal 30 Este.

No hay garantía de que esta operación de vanguardia de $ 15 millones sea un refugio para las personas sin refugio que viven a poca distancia.

Las investigaciones muestran que cuanto más tiempo vive una persona sin vivienda, más difícil es sacar a esa gente de la calle. Además, todos tenemos derecho a la autodeterminación. Para algunos, los refugios brindan muy poca privacidad y demasiadas restricciones.

Pero el director ejecutivo de Austin Street, Daniel Roby, dijo que varios de sus vecinos sin hogar han dicho que cuando se inaugure el nuevo edificio, lo intentarán. “Esperamos que disminuyamos el número de personas que se encuentran en campamentos a través de este proyecto”, dijo.

EXTREMA 

POBREZA 

Más importante aún, él sabe que la ayuda que Austin Street ofrece a las personas que experimentan la falta de vivienda por primera vez probablemente conduce a que menos personas terminen debajo de un puente y nunca estén dispuestas a volver a entrar.

“Queremos ayudar antes de que la salud mental y las adicciones lleguen a un punto en el que acceder a un refugio no sea algo en lo que estén pensando con claridad”, dijo Roby mientras recorría el edificio de 59,000 pies cuadrados, justo al otro lado de Jeffries Street de la antigua instalación de la organización sin fines de lucro.

Dado que gran parte de la conversación local sobre la falta de vivienda se dedica a soluciones de vivienda más permanentes, es posible que tenga la impresión de que el trabajo de los refugios entra en conflicto con ese esfuerzo.

Las camas de emergencia en realidad brindan a las personas un momento provisional para salir de los elementos y recuperar el equilibrio, mientras que los administradores de casos los ayudan a encontrar la mejor solución de vivienda a largo plazo.

“Este es su hogar por un breve período de tiempo, no una vivienda permanente”, dijo Roby. “Es un punto de referencia hacia su último hogar saludable”.

SIN 

SOLUCION 

Encontrar esas soluciones más permanentes es el trabajo de la Iniciativa de Realojamiento Rápido en Tiempo Real de $72 millones. Lanzado en octubre, el objetivo del proyecto es encontrar hogares para más de 2,700 personas que se encuentran sin hogar en el norte de Texas.

Alrededor de 200 participantes han obtenido una vivienda estable hasta el momento en que el programa continúa aumentando. Todavía se necesitan administradores de casos y navegadores de vivienda, al igual que ganar la aceptación de los propietarios.

Joli Robinson, directora ejecutiva de Metro Dallas Homeless Alliance , indicó que espera que el rápido esfuerzo de realojamiento alcance su punto máximo para el otoño, un año antes de la fecha límite que estableció para cumplir con su meta de 2,700 viviendas.

Robinson ve la mayor capacidad de la nueva Austin Street como clave para el esfuerzo general de realojamiento rápido. No solo proporciona espacio adicional durante las inclemencias del tiempo, sino que, día tras día, la expansión sirve a la población sin hogar de manera más eficiente.

MODERNO 

EDIFICIO 

El nuevo centro proporcionará a Dallas la mayor cantidad de camas de refugio en un solo lugar: dos dormitorios separados con 300 espacios para hombres y 150 para mujeres.

Dos dormitorios de descanso médico proporcionarán 30 espacios adicionales para personas sin hogar en el momento del alta hospitalaria.

Roby visitó refugios de emergencia en todo el país como parte de su investigación para encontrar la mejor instalación posible, y una cuyas características estén diseñadas para ser sensibles al trauma que muchos de sus huéspedes han vivido.

El edificio también incluye grandes comedores y una cocina comercial completa para que, por primera vez, Austin Street pueda preparar comidas en el lugar.

“En nuestro espacio actual, todos deben llevar su plato de espuma de poliestireno a sus camas y comer allí”, dijo Roby.

Junto al aireado comedor hay salas de reuniones de espacios flexibles para clases de preparación para la vivienda, reuniones de 12 pasos, terapia de grupo y estudio de la Biblia. El amplio espacio de la clínica permitirá que los proveedores de salud amplíen su trabajo, y el laboratorio de computación crecerá de 10 a 30 estaciones de trabajo.

Como proclama su nuevo nombre, Austin Street Center for Community Engagement, todo en el edificio está diseñado en torno a las conexiones entre sus clientes y los 30 trabajadores sociales de la organización sin fines de lucro, los numerosos servicios externos y voluntarios.

ESTADIA, 

40 DIAS 

La estadía promedio en un refugio en Austin Street es de 40 días, aunque muchas personas entran y salen durante unos tres meses antes de resolver sus necesidades de vivienda.

Alrededor de la mitad de los hombres y mujeres que acuden al refugio pueden, con apoyo a corto plazo, encontrar una solución por sí mismos. La otra mitad necesita más ayuda, como vivienda de apoyo permanente, realojamiento rápido u otra intervención.

Austin Street, fundada en 1983, se mudó a Hickory Street hace 30 años. El primer contacto de Roby con el refugio fue cuando, a los 7 años, se ofreció como voluntario allí con otros miembros de su Iglesia Metodista Unida de Highland Park.

“Se plantaron semillas, incluso entonces”, dijo. Trabajó con personas sin hogar durante sus años en la Universidad de Baylor y luego en Portland, pero finalmente se dio cuenta de que tenía que encontrar un trabajo «que pusiera comida en la mesa».

Incluso después de que Roby encontrara el éxito financiero en los negocios, la vocación de su corazón permaneció con las personas sin hogar, y regularmente dedicaba su almuerzo diario a visitar a sus vecinos sin techo.

No sorprende que cuando el puesto de director general de Austin Street estuvo disponible en 2015, estaba totalmente interesado.

La planificación había comenzado un año antes para el nuevo refugio de $ 15 millones, que está totalmente financiado con dólares privados.

CACHORROS 

O NIÑOS 

Ese tipo de éxito en la recaudación de fondos le dice a Robinson que la gente “se está volviendo loca por la falta de vivienda. Este centro es una manifestación física de la benevolencia tan evidente en nuestra comunidad”, dijo.

Roby agregó: “No se trataba de cachorros o niños, sino de ayuda para alguien como un hombre de 70 años con adicciones y problemas de salud mental”.

El mayor deseo de Robinson es que el apoyo financiero que creó el nuevo centro de Austin Street se extienda a los residentes cuando se anuncie el próximo proyecto relacionado con personas sin hogar en su código postal.

En lugar del «no en mi patio trasero» que se escucha a menudo, dijo Robinson, ¿qué tal si el mensaje es «la falta de vivienda no se extenderá desenfrenadamente en mi patio trasero?»