Alto a las injusticias en la frontera: Domingo García

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Ante embestida republicana contra indocumentados  

 

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Dallas, Tx.- El gobernador de Texas, Greg Abbott, tiene la mira en el proceso electoral intermedio del 2020 y en las elecciones presidenciales del 2024 y ha encontrado en el tema migratorio su mejor arma para atraer el voto.

“(Eso es) abusar del miedo del otro, para ganar puntos políticos, resulta en lo que pasó en El Paso… eso es una receta para el desastre… para tragedias. Es una política muy sucia y muy peligrosa”, consideró Domingo García, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinos Estadunidenses Unidos (LULAC).

El activista, con más de 30 años defendiendo los derechos civiles, dijo que el expresidente Donald Trump dejó enraizada esa postura política contra los inmigrantes entre los republicanos más conservadores.

“Esa espada como la usa Trump, trabaja”, dijo en el podcast El Diario Sin Límites. “(En el) 2022 va a haber muchos comerciales antiimigrantes, echándole la culpa por todo lo que está mal en este país”.

La semana pasada, LULAC envió una carta al presidente Joe Biden para que intente detener en tribunales la embestida de Abbott y el apoyo que ha recibido de gobernadores republicanos de Arizona, Nebraska, Idaho, Florida y Dakota del Sur, para enviar policías y elementos de la Guardia Nacional a la zona fronteriza, con el objetivo de difundir miedo entre inmigrantes.

“Texas es grande, hasta las mentiras de los políticos son más grande de lo normal”, expresó. “Pensábamos que Trump era el rey de las mentiras, pero Abbott (está) diciendo que hay una invasión de inmigrantes, principalmente de Centroamérica, no hay ninguna invasión. Que hay crimen en la frontera.

La ciudad de El Paso y McCallen que están en la frontera son de las más seguras”.

Aseguró que el Gobernador solamente está utilizando a los inmigrantes, incluidos a los niños no acompañados como una “piñata política”, y cuyo golpeteo será más intenso conforme se acerque el 2022.

“Lo que sí es que está usando a estas familias, a estos refugiados, a estos niños, como una piñata política y pegándole para sacar votos de la extrema derecha, abusando de la ley”, acusó. “Mandando policías de otros estados… Estuve en Eagle Pass, Texas, el pasado fin de semana y estaban policías de Florida vigilando. No tienen autoridad, nada, nomás para asustar a la gente”.

MIEDO Y 

RACISMO 

García acusó que el intento de Abbott de militar más la frontera con México, con el envío de elementos de la Guardia Nacional de estados gobernados por republicanos, solamente aumentará el miedo y el racismo.

Advirtió que los militares no están entrenados en asuntos migratorios y su acción puede derivar en alguna tragedia, en referencia al ataque directo a mexicanos en un Walmart de El Paso, donde murieron 23 personas en 2019.

“No tienen entrenamiento, no saben la diferencia entre un Domingo García (en referencia a sí mismo) que tiene familia en Texas desde 1856, a un inmigrante que acaba de llegar de Honduras, somos los mismos”, alertó. “No saben la diferencia, y eso puede causar casos de racismo, lo que se llama perfil racial, donde todos somos ilegales, porque es como nos vemos”.

Abbott se ha convertido en el republicano de alto perfil en seguir la dura postura migratoria como la del expresidente Trump, quien visitó Texas la semana pasada, donde reconoció que sus políticas no podrían volver pronto.

Sin embargo, el Gobernador recientemente recibió ayuda del gobernador de Ohio, Mike DeWine, quien dijo que enviaría 14 policías estatales a la región fronteriza, además de desplegar a 185 miembros de la Guardia Nacional.

La oficina de DeWine dijo que los elementos de la Patrulla de Caminos estarían en la frontera durante dos semanas para “ayudar a las fuerzas del orden locales con la vigilancia fronteriza”, aunque no serían delegados para realizar arrestos, expuso en un comunicado.

ADVIERTE 

LULAC 

LULAC advirtió que Arizona, Nebraska, Idaho, Florida y Dakota del Sur están enviando efectivos a Texas para las mismas labores contra inmigrantes.

“(Abbott) quiere ya competir por la presidencia, quiere levantar la bandera sucia contra los inmigrantes que levantó Trump”, consideró el activista. “La verdad es que usando la Guardia Nacional no va a parar a los inmigrantes que vienen”.

García reconoció que es posible que en Texas surja un alguacil similar a Joe Arpaio, en Maricopa, Arizona, quien implementó una política de “cacería” de indocumentados, pero tras una demanda de LULAC, el exmando fue sentenciado a prisión, pero el expresidente Trump le otorgó el perdón presidencial.

Al presidente de LULAC le preocupa que entre los republicanos ya no haya moderados como Geroge W. Bush o Ronald Reagan, quienes intentaron empujar reformas migratorias.

“La nueva cara es Donald Trump, Greg Abbott”, lamentó.

ABBOTT, EL 

PERSEGUIDOR 

El gobernador de Texas, Greg Abbott, se ha mantenido activo en su batalla contra inmigrantes y la situación en la frontera.

El republicano, quien ahora lidera las ideas impulsadas por el expresidente Donald Trump, ha lanzado varias iniciativas contra los inmigrantes, incluida una declaratoria de desastres que permite a policías locales detener a no-ciudadanos por “invadir propiedad privada”.

Aunado a ello pretende construir un muro fronterizo y pidió ayuda policiaca y con elementos de la Guardia Nacional a los gobernadores republicanos de Arizona, Nebraska, Idaho, Florida, Ohio y Dakota del Sur.

Ahora, Abbott criticó el “completo abandono” de la frontera sur por parte de la Administración del presidente Joe Biden y sugirió la creación de un grupo de trabajo, al considerar que la línea limítrofe vive una crisis migratoria “sin precedentes”.

Abbott sostuvo ante el Capitolio estatal, en Austin, una reunión con alguaciles y representantes legislativos de localidades limítrofes en Texas, con quienes abordó la posible creación de un grupo de trabajo en materia de seguridad fronteriza a fin de abordar la “excesiva cantidad de personas que cruzan la frontera”, según declaró.

Debido al total abandono de la administración actual respecto a la inmigración, “hay un aumento sin precedentes de personas que cruzan la frontera, y el gobierno federal ha dejado al estado de Texas y sus condados a que asuman la carga”, señaló el gobernador durante una rueda de prensa posterior al encuentro.

Abbott agregó que el problema de la frontera no es solo un “asunto de Texas”, en especial en lo que se refiere al narcotráfico, y que por ello otros estados han sumado su apoyo en temas de seguridad a través del envío de efectivos de la Guardia Nacional.

MURO DE LA 

VERGÜENZA 

La reunión de ayer martes se celebró casi un mes después de que Abbott anunciara la construcción de un muro fronterizo en el sur de Texas, para el que asignó una partida de 250 millones de dólares en fondos públicos.

La propuesta generó una serie de críticas, tanto por el posible trasfondo político, habida cuenta que el gobernador aspira a la reelección, como por la inviabilidad de un proyecto que apela al legado del expresidente Donald Trump, quien también prometió una valla limítrofe.

La frontera Texas-México tiene más de 1,200 millas de longitud, según el sitio web del Departamento de Transporte del Estado, y construir sólo una milla supone un costo de unos 100 millones de dólares, según datos dados por el representante estatal Gene Wu.

Aun así, Abbott ha convertido la financiación de la seguridad fronteriza en una prioridad para la legislatura estatal.

PROGRAMA 

SECRETO 

El gobierno del ahora expresidente Donald Trump (2017-2021) inició la separación de familias migrantes meses antes de la fecha en que hasta ahora se había informado sobre esa política, calificada por defensores de los migrantes de “crueldad intencional”.

Según un artículo del diario The Washington Post, agentes de la Patrulla Fronteriza en Yuma, Arizona, empezaron a aplicar en mayo de 2017, apenas unos meses después de la llegada de Trump a la Casa Blanca en enero de ese año, un programa no reportado denominado “Iniciativa de Consecuencia Criminal”, que permitía el encausamiento de los migrantes que cruzaran la frontera ilegalmente por primera vez.

Esto incluía a los padres y madres que entraran a Estados Unidos con sus hijos y fuesen separados de ellos.

Entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2017, según datos del Departamento de Seguridad Nacional citados por el Post, 234 familias migrantes fueron separadas en Yuma, casi la misma cifra de separaciones que en el programa piloto que se aplicó en El Paso (Texas) ese año.

Según los datos del gobierno entre los menores separados de sus familias en Yuma había niños de 10 meses de edad.

“Dado que el programa empezó en Yuma en mayo y los datos existentes de separaciones de familias comienzan solo a partir de julio, el número de separaciones fue, probablemente, mayor que 234”, señala el rotativo.

El gobierno del actual presidente Joe Biden investiga lo ocurrido con la separación de familias pero su pesquisa opera con los datos a partir de julio y, según defensores de los migrantes, muchas de las familias separadas en Yuma siguen sin saber de sus hijos cuatro años más tarde.

“Esto es otra evidencia acerca de la extensión de la crueldad intencional de la política de separación de familias del Gobierno de Trump”, dijo Paola Luisi, directora de Families Belong Together.

“Arrancaron a los niños de los brazos de sus madres y padres, deportaron a muchos de esos padres y madres enviándolos de retorno a situaciones peligrosas y no se preocuparon de seguirles el rastro”, añadió.

“Miles de niños siguen separados de sus familias años más tarde porque el Gobierno de Trump no tenía intención de reunir a las familias”, sostuvo Luisi. “Eso fue intencional”.

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