Nueva York está a punto de alcanzar la cifra de 100 mil migrantes llegados en un año

La situación también refleja la necesidad de políticas y enfoques más amplios en el ámbito nacional e internacional para abordar las causas subyacentes de la migración forzada. Factores como la inseguridad, la falta de oportunidades económicas y la falta de protección en los países de origen influyen en la decisión de las personas de emprender peligrosos viajes en busca de asilo. El enfoque en la cooperación internacional y el desarrollo sostenible podría desempeñar un papel clave en la prevención de la migración forzada.
La respuesta a esta oleada migratoria también destaca la importancia de la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y agencias, así como la necesidad de enfoques humanitarios y basados en los derechos en la gestión de la migración. La administración de la ciudad de Nueva York, junto con el gobierno federal y otras partes interesadas, debe trabajar en conjunto para garantizar que los migrantes sean tratados con dignidad y respeto, y que tengan acceso a los recursos y servicios que necesitan para construir una nueva vida en su nuevo hogar.
El albergue gigante de Creedmoor se ha levantado en las instalaciones de un antiguo hospital psiquiátrico en desuso, y consta de cuatro carpas: un dormitorio colectivo con catres de campaña, un comedor y centro de llamadas, unas oficinas de registro y aseos públicos.
Su montaje y parte del funcionamiento ha sido financiado por el Estado de Nueva York, después de que el alcalde Eric Adams se haya quejado repetidamente de que la ciudad no puede afrontar sola la enorme carga financiera y logística que supone acoger a todos estos inmigrantes, en su mayoría latinoamericanos.
El alcalde Adams puso la semana pasada una cifra a todo este coste presupuestario: 12 mil millones de dólares pagará la ciudad en este año y los dos siguientes para atender a los migrantes.
Se espera que esta misma tarde lleguen los primeros inquilinos, una vez se hayan marchado los periodistas, al tiempo que se levanta otro albergue similar en la isla de Randall, este de Nueva York.
La ciudad de Nueva York tiene la particularidad en Estados Unidos de que una ley de varias décadas le obliga a proveer techo a cualquier persona sin hogar, y ese detalle, junto a las oportunidades laborales más abundantes, es el que ha atraído a inmigrantes en mucha mayor proporción que otras ciudades o estados del país. Sin embargo, el alcalde Adams ha impuesto recientemente un límite de sesenta días a cada persona que llega a un albergue público; pasado ese tiempo, y si no ha encontrado otra alternativa, tiene que volver a presentar una solicitud para ser de nuevo alojado en el sistema público. Uno de los principales problemas con que se encuentran los inmigrantes es la tardanza en conseguir un permiso de trabajo -suelen tardar una media de doce meses-, pues sin él no pueden emanciparse de los servicios municipales, salvo que decidan trabajar sin permiso de trabajo y arriesgarse así a la expulsión. La afluencia de migrantes en busca de asilo en la ciudad de Nueva York es un reflejo de los desafíos y las complejidades de la migración global. A medida que la ciudad se acerca a la marca de 100 mil migrantes acogidos, es imperativo abordar tanto las necesidades inmediatas de esta población vulnerable como las causas subyacentes de la migración forzada en un esfuerzo por construir un enfoque más humano y sostenible hacia la gestión de la migración.
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