Trump arremete contra la migración mientras Biden llama a proteger el aborto en las urnas
En una comparecencia en Michigan, un estado clave para definir al próximo inquilino de la Casa Blanca, Trump culpó a Biden de haber provocado un “baño de sangre” en la frontera con la llegada al país de miles de migrantes cada mes.
No es la primera vez que el magnate neyorquino utiliza las palabras “baño de sangre”. Las usó el mes pasado para advertir de las consecuencias, aparentemente económicas, de si pierde las elecciones, lo que provocó la indignación de los demócratas, que lo acusaron de incitar la violencia.
Pero el que fuera presidente entre 2017 y 2021 volvió a utilizar el concepto, esta vez, para arremeter contra Biden y “los extranjeros ilegales”, a los que retrató en su mayoría como delincuentes a los que no se les puede llamar personas sino “animales”.
Puso como ejemplo el caso de Ruby García, una mujer de 25 años que habría sido asesinada en Míchigan por su pareja, un migrante que supuestamente había sido deportado en 2020 y regresó al país.
Aumenta la retórica antiinmigración
Trump, quien en 2016 ganó las elecciones tras prometer construir un muro en la frontera con México, ha puesto de nuevo en el centro de su campaña la migración, que se ha convertido en el tema de mayor preocupación de los votantes, según las últimas encuestas.
La Administración de Biden anuló la política de Trump que facilitaba las devoluciones de migrantes en caliente y puso en marcha programas de permisos humanitarios para personas de varios países, al tiempo que restringió las solicitudes de asilo en la frontera.
Más de 2 millones de personas fueron arrestadas el año pasado al cruzar la frontera sur de Estados Unidos de manera irregular.
Trump ha dicho anteriormente que los indocumentados no son personas y los ha acusado de “envenenar la sangre” de Estados Unidos, un concepto utilizado por Adolf Hitler. La campaña de Biden arremetió este martes contra Trump por su retórica antiinmigrante y criticaron que se esté aprovechando de la muerte de Ruby García para sacar provecho político.
“La verdad es que a Donald Trump no le interesa la seguridad fronteriza ni que nuestro sistema de inmigración funcione. Solo le interesa utilizar a las personas como chivos expiatorios en su propio beneficio y crear caos”, afirmó la senadora demócrata por Míchigan Debbie Stabenow.
Biden cree que Trump prohibirá el aborto. Mientras Trump culpaba a Biden de un “baño de sangre” en la frontera, los demócratas arremetieron con dureza contra el republicano, a quien acusaron de conspirar para prohibir el aborto en todo el país si regresa a la Casa Blanca.
La campaña de Biden lanzó una campaña publicitaria a favor de los derechos reproductivos un día después de que la Corte Suprema de Florida despejara el camino para que el estado pueda prohibir los abortos a las seis semanas, cuando muchas mujeres no saben que están embarazadas.
“Los votantes están haciendo oír su voz en las urnas. No tolerarán que Trump ni ningún otro ‘magapolítico’ les quite sus derechos y en noviembre no será diferente”, apuntó en una llamada con medios de comunicación la directora de la campaña Julie Chávez Rodríguez.
El Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, con tres jueces nombrados durante el gobierno de Trump, tumbó en 2022 la protección constitucional al aborto, tras lo cual varios estados controlados por los republicanos han restringido o prohibido la interrupción del embarazo.
El republicano, quien varias veces se ha atribuido el mérito por la sentencia del Supremo, fue preguntado en Míchigan por la restricción del aborto en Florida y anunció que se pronunciará la próxima semana.
Trump echa más leña al fuego en la campaña electoral más polarizada de EE.UU.
El expresidente de Estados Unidos y futuro candidato republicano Donald Trump está elevando el tono de la campaña electoral más polarizada de los últimos años en el país redoblando los ataques personales contra su rival, el actual presidente demócrata Joe Biden, y con una retórica cada vez más incendiaria.
La última de las polémicas se desató después de que el magnate neoyorquino publicara un vídeo de una camioneta de seguidores trumpistas con una pegatina en la parte trasera en la que aparece Biden tumbado con los pies y las manos atadas y que emula un secuestro del mandatario.
Para los demócratas, esta es otra muestra de que Trump “alienta la violencia” como ocurrió con el asalto del Capitolio de 2021, en el que una horda de sus acólitos atacó el Congreso para intentar frenar la ratificación de la victoria electoral de Biden. Michael Tyler, portavoz de la campaña de Biden, subrayó en una rueda de prensa que “la violencia política no tiene lugar en Estados Unidos y nunca debería ser aceptable”, y lamentó que esta “no es la primera vez ni será la última” en que Trump apuesta por ella en su intento por recuperar el poder.
“En un momento en que necesitamos líderes que unan nuestro país, emprende una retórica radical que promueve la división, el odio y la violencia”, destacó Tyler ante la prensa, reprochando que la campaña de Trump gire en torno a sí mismo y a la búsqueda de “revancha”.
Tras el asalto al Capitolio, Trump fue expulsado de Twitter por incitar precisamente la violencia y fundó Truth Social, la plataforma de extrema derecha que desde entonces utiliza para lanzar sus mensajes y publicar vídeos como el de la camioneta.
Steven Cheung, portavoz de su campaña, rechazó las críticas y señaló que la foto de Biden “estaba en la parte trasera de una camioneta que viajaba por la carretera”, para acto seguido retratar al expresidente como una víctima de los demócratas. “Los demócratas y los lunáticos enloquecidos no solo han pedido una violencia despreciable contra el presidente Trump y su familia, sino que de hecho están utilizando el sistema de justicia como arma contra él”, añadió.
Trump, que nunca ha reconocido su derrota contra Biden en las presidenciales de 2020, está imputado por haber intentado revertir los resultados electorales de hace cuatro años y haber instigado el asalto al Capitolio.
Pero el republicano denuncia sin pruebas una “cacería de brujas” en su contra ordenada por Biden y ejecutada por el Departamento de Justicia.
Los ataques personales contra el presidente, al que ha apodado como “corrupto Joe Biden”, son habituales y la lista de salidas de tono del republicano durante la campaña se engrosa cada vez más.
Biden intenta no hacer referencias directas a Trump por su nombre y apellido, aunque advierte continuamente de que el regreso del republicano a la Casa Blanca pondría en peligro la democracia. Si gana las elecciones del próximo 5 de noviembre, Trump ha dicho que ejercerá como un “dictador” solo durante su primer día en la Casa Blanca, para cerrar la frontera del país.
También acusa a los inmigrantes de “envenenar la sangre” de Estados Unidos, una expresión utilizada por Adolf Hitler contra los judíos, por lo que Trump tuvo que salir al paso de la polémica y marcar distancias con el nazismo.
Uno de los episodios más recientes y que levantó más controversia tuvo lugar el mes pasado, cuando Trump estaba hablando en un mitin en Ohio sobre la industria del automóvil y predijo un “baño de sangre” si pierde los comicios.
“Si no resulto elegido, habrá un baño de sangre. Va a ser un baño de sangre para el país”, declaró. Los demócratas no tardaron en acusarlo de querer repetir el asalto al Capitolio, mientras que los republicanos respondieron que se refería a la economía y denunciaron que sus palabras fueron sacadas de contexto deliberadamente.
La retórica de Trump ha permeado en sus colegas de partido, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien arremetió contra Biden por conmemorar Día Internacional de la Visibilidad Trans el mismo día que el Domingo de Resurrección, dos fechas que coincidieron por casualidad.
“Está completamente desinformado“, le respondió Biden este lunes.
Estas polémicas echan más leña al fuego de una campaña electoral ya de por sí muy crispada entre dos candidatos tremendamente impopulares para unos comicios presidenciales.
La última encuesta de YouGov apunta a que el 57 por ciento de los estadounidenses desaprueba a Biden, mientras que el 55 por ciento tiene una opinión desfavorable de Trump.
Según el mismo sondeo, ambos quedarían prácticamente empatados en las elecciones (un 44 por ciento de los votos para Trump y un 43 por ciento para Biden), de manera que la decisión quedará en manos de un puñado de estados clave.
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