Es importante destacar que la repatriación de menores migrantes no acompañados plantea importantes desafíos y consideraciones humanitarias. Estos menores, que han emprendido un viaje peligroso en busca de mejores oportunidades, enfrentan riesgos significativos durante su travesía, incluyendo la exposición a la violencia, la explotación y el abuso.

En este sentido, es fundamental que las autoridades de ambos países coordinen esfuerzos para garantizar la protección y el bienestar de estos menores, incluso después de su retorno a Honduras. Esto incluye la implementación de medidas de reintegración social y el acceso a servicios de apoyo psicológico y educativo que les permitan reconstruir sus vidas en su país de origen.
La repatriación de estos 42 menores migrantes hondureños refleja los desafíos y la complejidad de la migración en la región, así como la necesidad de abordar esta problemática de manera integral y respetuosa de los derechos humanos. Es crucial que se adopten políticas y acciones que protejan los derechos y la dignidad de todos los migrantes, especialmente de aquellos que son más vulnerables, como los niños y adolescentes no acompañados.
Agregó que 27 de los menores son del sexo masculino y 15 del femenino, que todos viajaban con ‘coyotes’ (traficantes de personas) y que son originarios de los departamentos de Cortés, Francisco Morazán, Copán, Santa Bárbara, Lempira, Intibucá, Comayagua, Atlántida, Yoro, Colón, El Paraíso y Choluteca. El funcionario hondureño señaló que familiares que viven en Estados Unidos de manera irregular, pagan cuantiosas sumas de dinero a coyotes para que les lleven a sus hijos menores hasta Estados Unidos, exponiéndolos al peligro que implica la ruta irregular de los migrantes que cruzan el territorio mexicano.
Los 42 menores hondureños saldrán hacia su país desde Nuevo León, con una escala técnica del avión en la capital mexicana para abastecerlo de combustible, acotó Amador.
Cada año centenares de menores no acompañados abandonan su país en un intento por reunirse con sus padres u otros familiares en Estados Unidos, según fuentes oficiales. Además, miles de hondureños adultos se van de país cada mes hacia Estados Unidos por la falta de oportunidades de empleo o la inseguridad.