El número de desaparecidos por las inundaciones en Texas se reduce de cien personas a tres

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El condado de Kerr, en la región conocida como “Hill Country” de Texas, fue uno de los más afectados por las inundaciones ocurridas durante el fin de semana del 4 de julio. La crecida imprevista del río Guadalupe sorprendió a miles de visitantes y residentes, llevando a una emergencia de grandes dimensiones en pocos minutos.
Desde un inicio, el ambiente se tornó caótico: zonas bajas junto al cauce se inundaron con velocidad, atrapando a personas en carreteras, campamentos y residencias temporales, sin tiempo suficiente para evacuar. El flujo repentino de agua transformó áreas de ocio y tránsito en escenarios de gran peligro.En los primeros informes, las autoridades contabilizaron más de cien personas como desaparecidas. Sin embargo, en los días siguientes la cifra fue reduciéndose conforme avanzaban las labores de rastreo, identificación y coordinación entre agencias estatales y locales.

El balance inicial señalaba 160 desaparecidos, una cifra que alarmó tanto a ciudadanos como a servicios de emergencia. Familiares desesperados llamaban insistentemente en busca de información, mientras pobladores colaboraban difundiendo listados y datos en redes sociales y centros de acopio.

Los equipos de rescate de Kerrville – a unos 95 km al noroeste de San Antonio – emprendieron un trabajo exhaustivo de cruce de datos. Revisaron registros hospitalarios, llamadas de auxilio, vehículos abandonados, coberturas de seguros y registros en hoteles o campamentos para actualizar el estado de cada reportado.

Durante ese esfuerzo, quedaron claros tamaños logísticos y humanos: policías, bomberos, unidades de emergencias médicas, guardabosques y voluntarios, junto con personal federal, realizaron trabajo puerta a puerta, analizando zonas inundadas y eliminando duplicados o reportes erróneos.

Con paciencia y método, fueron eliminando nombres de la lista de desaparecidos cuando confirmaron que personas estaban seguras, a salvo con familiares o que habían sido localizadas en hospitales o albergues. El flujo de información fue constante y mejoró enormemente la precisión de los registros oficiales.

Cuatro días después del desastre, las autoridades locales confirmaron que el número de desaparecidos se había reducido drásticamente. Del reporte inicial de 160 personas, solo tres permanecían sin ubicación confirmada, lo que representaba un cambio radical en la percepción pública de la emergencia.

En cambio, el número de fallecidos en el condado de Kerr se había estabilizado en 107 personas, entre las que se contabilizaban al menos 36 menores de edad. Se trataba de una pérdida de vidas que impactó profundamente al tejido comunitario y generó un luto colectivo.

En todo el estado de Texas, las autoridades confirmaron que al menos 135 personas perdieron la vida en relación directa con las inundaciones. El río Guadalupe fue el más mortífero, al concentrar la mayoría de los decesos debido a su rápida y violenta crecida en zonas habitadas.

Uno de los casos más trágicos fue el del campamento de verano Camp Mystic, un refugio de carácter cristiano para niñas dispuesto en una franja baja del cauce. Allí perecieron al menos 27 personas, entre menores y monitoras, un episodio que generó conmoción nacional y llevó a replantear protocolos de seguridad en campamentos.

La alcaldía de Kerrville emitió mensajes de gratitud dirigidos a las más de mil personas, entre autoridades locales, estatales y federales, que participaron en las tareas de rescate y búsqueda. Su intervención resultó clave para la pronta disminución de la lista de extraviados.

El regidor Dalton Rice destacó que, gracias a la coordinación y al esfuerzo colectivo, se logró verificar el estado de prácticamente todas las personas reportadas, dejando solo tres casos todavía pendientes de confirmación.

Las autoridades informaron que estas tres personas desaparecidas continuaban siendo activamente buscadas. Las tareas se centraban en zonas remotas a lo largo de la cuenca del río Guadalupe, donde las corrientes de agua habían formado terrenos difíciles, poco accesibles y a veces engañosos.

Se utilizaron drones, perros de rastreo, botes y equipos de buceo para inspeccionar zonas inundadas, restos de estructuras arrasadas y flujos donde podría haber personas atrapadas o atrapadas debajo de sedimentos, residuos y vegetación desplazada.

A pesar de la reducción drástica del listado de desaparecidos, la búsqueda siguió con la misma intensidad por razones humanitarias. Las autoridades subrayaron que cada vida tiene valor y que el trabajo no concluiría hasta confirmar el destino de aquellas tres personas restantes.

El director de emergencias del condado enfatizó que, si bien los esfuerzos eran cada vez más localizados, no se bajaría el ritmo ni los recursos empleados, a fin de honrar la memoria de quienes aún no habían sido encontrados.

Asimismo, se tomaron medidas para apoyar a las víctimas y familiares. Se habilitaron centros de atención, salud mental y asesoría legal para quienes habían perdido seres queridos o habían sido afectados por la devastación personal y material.

El gobernador estatal anunció asistencia financiera para sanar las infraestructuras dañadas, desde puentes hasta carreteras y viviendas. También se priorizó la evaluación de riesgos hídrico-ambientales para evitar casos similares en el futuro, con un enfoque preventivo y resiliente. La reducción de desaparecidos mostró el poder de una respuesta coordinada, pero también resaltó los desafíos ante fenómenos meteorológicos extremos. En consecuencia, se planteó la necesidad de establecer sistemas de alerta temprana más eficaces y protocolos de evacuación más claros.

El caso de Kerrville se convirtió en un ejemplo de colaboración intergubernamental. Estados federales, municipales y voluntariado privado demostraron cómo se puede responder con eficacia y humanidad a una situación de crisis, equilibrando rapidez con ética y precisión.

Finalmente, la comunidad local, a pesar del dolor, comenzó a reconstruir su cotidianidad. Camp Mystic será revaluado como lugar de retiro, y las autoridades comunitarias ya iniciaron campañas de memoria y reconstrucción para sanar el trauma colectivo.

Este descenso radical de los desaparecidos de más de cien a solo tres confirma que, incluso en medio de una tragedia de gran envergadura, es posible rescatar vidas y restablecer certezas cuando la unión y el trabajo conjunto prevalecen ante la adversidad.

Más de 161 desaparecidos y al menos 109 muertos deja inundaciones en Texas

Más de 161 personas están desaparecidas y al menos 109 han fallecido tras las devastadoras inundaciones que tuvieron lugar en Texas (EE.UU.) el fin de semana pasado, informó este martes el gobernador del estado, Greg Abbott.

“Tenemos que encontrar a cada una de las personas (…) esa es la prioridad número uno”, dijo el líder republicano durante una rueda de prensa desde Hunt (Texas), uno de los pueblos más afectados por el desastre.

Solo en el condado de Kerr- donde está ubicado Hunt y Kerryville, otro de los poblados con más damnificados- se registraron 94 de los muertos y todos los desaparecidos, de acuerdo con las cifras del gobernador.

Las autoridades en esta región lanzaron un sistema para que las personas registren a sus seres queridos y han ido cotejando esta información con los cuerpos identificados.

“Hemos estado obteniendo información sobre las personas que no estaban registradas en un campamento de verano o en un hotel y que habían venido aquí pero no se sabía de ellas”, explicó el republicano. La lista de desaparecidos “muy probablemente” aumentará, agregó.

La tragedia en este estado se ha profundizado por la cantidad de víctimas que son menores de edad, hasta ahora 30 en Kerr, incluyendo 21 muertes confirmadas y 6 desaparecidas de un campamento cristiano para jóvenes y niñas.

Las autoridades locales han sido cuestionadas por residentes y expertos por no haber ordenado la evacuación de las zonas cercanas al río, pese a las intensas lluvias.

Ante las presiones, Abbott anunció en la rueda de prensa que se convocará una sesión especial de la legislatura estatal para examinar “cada aspecto de la tormenta” y asegurarse de que existan los sistemas necesarios para prevenir otras tragedias en el futuro. En declaraciones previas, el alguacil de Kerr, Larry Leitha Jr., dijo que no es su prioridad hacer una evaluación sobre la respuesta de las autoridades la noche del 4 de julio.

“Ahora mismo, hay tres prioridades: ubicar a las personas que están todavía perdidas, identificarlas y notificar a sus familiares”, indicó.

Varios residentes de Kerrville indicaron a EFE que recibieron alertas de inundación y fuertes lluvias en la madrugada del 4 de julio, pero no se les pidió evacuar o moverse hacia otra zona.

Desde la 1:00 del sábado, el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) comenzó a emitir alertas sobre la amenaza de inundaciones en los condados de Bandera y Kerr.

En una de las primeras ruedas de prensa tras el desastre, las autoridades reconocieron que los pronósticos de lluvia subestimaron las precipitaciones.

Algunos expertos, sin embargo, han expresado dudas sobre qué tan preparada estaba la región, dada la magnitud de la tragedia.

“Parece que se podrían haber llevado (…) medidas preventivas para reducir el riesgo de muertes si los organizadores de los campamentos afectados y las autoridades locales hubieran atendido las advertencias del gobierno y de fuentes meteorológicas privadas”, señaló el principal meteorólogo de la empresa AccuWeather, según reportó el medio local The Texas Tribune.

En total, entre la noche del 3 de julio y la madrugada del 4 se acumularon entre 12,7 y 27,9 centímetros de lluvia en los condados de Kerr, Bandera, Tom Green y Kendall, según el NWS.

México expresa sus condolencias por los fallecidos en inundaciones en Texas

El Gobierno de México, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), expresó sus condolencias por las personas fallecidas a causa de las inundaciones registradas en el condado texano de Kerr en Estados Unidos.

“La SRE extiende sus más sentidas condolencias por las y los fallecidos por las inundaciones en el condado de Kerr, en Texas, Estados Unidos. Expresamos nuestra solidaridad y apoyo”, apuntó la Cancillería en un mensaje publicado en la red social X.

Además, informó que el Consulado General de México en San Antonio ha estado al pendiente de la situación y estarán asistiendo a los albergues para identificar posibles connacionales que requieran asistencia consular.

El número de personas fallecidas confirmado en el centro-sur de Texas a causa de las graves inundaciones que afectan a la zona aumentó este sábado a 27 -18 adultos y nueve niños-, según informaron autoridades locales, que añadieron que aún no se ha localizado a las más de 20 niñas que estaban alojadas en un campamento de verano y que se desconoce el número total de desaparecidos.

El gestor municipal de Kerrville, Dalton Rice, aseguró que hay 27 personas cuya desaparición está confirmada y que todas estaban alojadas en el campamento cristiano para niñas Mystic, situado a orillas del río Guadalupe, cerca de la localidad de Hunt, en el condado de Kerr.

En cuanto al número total de desaparecidos, Rice dijo que no hay una cifra precisa establecida aún y que las autoridades ni siquiera quieren realizar cálculos por el momento, debido al gran número de personas de fuera de la región que estaban visitando y acampando en la zona, con motivo de las festividades del 4 de julio. En total, se ha evacuado con éxito a más de 850 personas que han resultado ilesas y a ocho que sí sufrieron heridas en la zona, donde más de 160 rescates se han adelantado por vía aérea.

El Servicio Meteorológico Nacional estadounidense explicó que, en un periodo de apenas 12 horas, el viernes se acumularon más de 30 centímetros de precipitaciones lo que elevó el caudal del río Guadalupe, cerca de Hunt, a su segundo nivel más alto registrado, con 9,9 metros de altura.

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