Cae el telón sobre servicio de Netflix de DVD por correo

El cierre del servicio de envío de DVD por correo de Netflix marca el final de una era en la industria del entretenimiento. Este servicio, que debutó hace un cuarto de siglo gracias a dos emprendedores de Silicon Valley, tuvo un impacto profundo en la forma en que consumimos contenido audiovisual y en la evolución de la industria del cine y la televisión.
Cuando Netflix comenzó a enviar DVD por correo, en sus inicios, nadie podía haber predicho la revolución que desencadenaría en el mundo del entretenimiento. En ese momento, el alquiler de películas era dominado por los videoclubes locales, y la idea de recibir películas en tu buzón parecía innovadora pero limitada en comparación con la experiencia de elegir una película en una tienda física. Sin embargo, Netflix tenía una visión audaz y una estrategia que cambiaría para siempre la forma en que consumimos contenido.
La comodidad de recibir películas en casa, sin tener que preocuparse por las multas por devolución tardía, atrajo a un creciente número de suscriptores. Además, el sistema de recomendación de Netflix, basado en algoritmos, comenzó a aprender los gustos de los usuarios y a ofrecer recomendaciones personalizadas, lo que mejoró aún más la experiencia del consumidor.
Con el tiempo, Netflix no solo se convirtió en el gigante del alquiler de DVD por correo, sino que también se aventuró en la producción de contenido original, dando inicio a la era del streaming. Este movimiento estratégico cambió el juego por completo. La compañía comenzó a crear sus propias series y películas, atrayendo a un público global y diversificando su oferta.
El streaming de Netflix se convirtió en un fenómeno cultural, y su modelo de negocio inspiró a otras plataformas a seguir su ejemplo. Hoy en día, el streaming es la forma dominante de consumir contenido audiovisual, y la idea de ir a un videoclub para alquilar una película parece casi obsoleta.
El cierre del servicio de envío de DVD marca un hito significativo en la evolución de Netflix y refleja cómo la tecnología y la innovación pueden transformar una industria por completo. Ahora, los menos de 1 millón de suscriptores que aún disfrutaban de este servicio podrán conservar los últimos DVD que lleguen a sus buzones como recuerdo de una época pasada.
Algunos de estos suscriptores acérrimos recibirán hasta 10 DVD como regalo de despedida de un servicio que llegó a tener 16 millones de suscriptores. Pero en 2011 Netflix tomó la decisión crítica de separar el negocio de los DVD de un servicio de streaming que cuenta ahora con 238 millones de suscriptores en el mundo — 42,5 millones en Latinoamérica — y tuvo ingresos de 31.500 millones de dólares en un año.
En cambio, el servicio de DVD recaudó apenas 146 millones de dólares el año pasado. Su cierre era inevitable en un contexto de competencia creciente en el sector de streaming que obliga a Netflix a reducir costos para aumentar sus ganancias.
“Es muy agridulce”, dijo Marc Randolph, el CEO de Netflix cuando la compañía envió su primer DVD, “Beetlejuice”, en abril de 1998. “Sabíamos que llegaría este día, pero el milagro es que no llegó hace 15 años”.
Randolph, que no participa de las operaciones cotidianas de Netflix desde hace 20 años, tuvo la idea del servicio de DVD por correo en 1997 con su amigo y colega Reed Hastings. Este lo sucedió como CEO y permaneció en el puesto hasta su renuncia hace unos meses.
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