Texas pide a Trump presionar a México por el agua para ese estado junto con las tarifas

“En 2024, el único ingenio azucarero del estado cerró permanentemente debido a la falta de agua. Estamos perdiendo millones de dólares debido a la escasez de agua para la irrigación”, explicó Gámez. De acuerdo con cálculos de la Universidad Texas A&M, las pérdidas anuales en el sur de Texas ascienden a unos 993 millones de dólares.
El decreto exige acción de EE.UU. para garantizar el cumplimiento
Esta semana, el senador estatal republicano Adam Hinojosa presentó un decreto que exige al Departamento de Estado de EE.UU. y a la Comisión Internacional de Límites y Aguas que tomen medidas para asegurar que México cumpla con el Tratado de Aguas de 1944. El decreto señala que México ha incumplido con sus obligaciones en los últimos 30 años, afectando gravemente la región del sur de Texas.
El conflicto por el agua entre México y Texas se ha intensificado en los últimos años debido a las condiciones climáticas extremas y al crecimiento de las actividades agrícolas e industriales en ambas naciones. La disminución de los recursos hídricos en la cuenca del Río Bravo ha aumentado las tensiones políticas y económicas en la relación bilateral.
El senador republicano Charles Perry ha propuesto condicionar el comercio entre ambos países a la entrega del agua, argumentando que esta medida beneficiaría a los agricultores del Valle de Texas, quienes enfrentan graves problemas por la sequía. Perry ha presentado un conjunto de iniciativas destinadas a mejorar la infraestructura hídrica, así como el control de inundaciones y la expansión de los suministros de agua en la región.
Por otro lado, el legislador republicano Cody Harris ha propuesto destinar hasta mil millones de dólares anuales al Fondo de Agua de Texas para financiar proyectos que ayuden a garantizar el suministro hídrico en el estado. Su propuesta busca enfrentar los desafíos a largo plazo que presenta el cambio climático y la creciente demanda de agua en la región.
El Tratado de Aguas de 1944 establece los volúmenes de agua que cada país debe entregar, pero diversos expertos coinciden en que las condiciones actuales de la cuenca dificultan el cumplimiento del acuerdo. La investigadora Rosario Sánchez del Instituto de Recursos Hídricos de Texas ha advertido que la sobreexplotación y la sequía han reducido drásticamente la disponibilidad de agua.
Las autoridades mexicanas aún no han respondido formalmente a las exigencias de los legisladores texanos. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha indicado que su gobierno evaluará la situación en función de las decisiones comerciales de Estados Unidos, especialmente ante la posibilidad de nuevos aranceles a productos metálicos mexicanos el próximo 2 de abril.
La reducción en la entrega de agua desde México a Texas ha afectado principalmente a los agricultores del Valle del Río Grande, quienes dependen del recurso para el riego de sus cultivos. La falta de agua ha generado una disminución en la producción agrícola y un aumento en los costos de operación, poniendo en riesgo la estabilidad económica de la región.
En México, el uso del agua también ha generado conflictos internos. En Chihuahua, los productores locales han protestado contra cualquier reducción en el uso del agua para cumplir con los compromisos del tratado, argumentando que su producción y economía dependen de este recurso.
La crisis hídrica también tiene implicaciones medioambientales. La reducción del caudal del Río Bravo ha afectado los ecosistemas a lo largo de su recorrido, reduciendo los hábitats de diversas especies y provocando problemas en la calidad del agua.
Expertos han recomendado buscar soluciones a largo plazo, incluyendo inversiones en tecnologías de conservación del agua, proyectos de reutilización y acuerdos bilaterales para garantizar un uso equitativo del recurso. La desalinización y la captación de lluvia también han sido mencionadas como alternativas viables.
En Texas, el gobierno estatal ha buscado financiamiento para mejorar la infraestructura de almacenamiento y distribución de agua. Se han desarrollado proyectos para la construcción de nuevas presas y plantas de tratamiento que permitan maximizar el uso del agua disponible.
El sector industrial también se ha visto afectado por la crisis hídrica. Empresas en sectores como la manufactura y la energía han tenido que modificar sus procesos para adaptarse a la reducción en el suministro de agua, lo que ha impactado sus costos operativos.
Los gobiernos locales de ambos países han intensificado sus esfuerzos para promover la educación y concienciación sobre el uso eficiente del agua. Campañas de conservación han sido implementadas en diversas comunidades para reducir el desperdicio del recurso.
El crecimiento poblacional en Texas y el norte de México también ha incrementado la demanda de agua, lo que agrava el problema. Se espera que la presión sobre los recursos hídricos continúe aumentando en los próximos años si no se implementan medidas efectivas para la gestión del agua.
Las negociaciones entre ambos países continúan, y se espera que en los próximos meses se definan estrategias para abordar el problema. Las relaciones diplomáticas podrían verse afectadas si no se llega a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
El impacto de la sequía en la economía regional es significativo. La reducción en la producción agrícola y los costos crecientes han generado preocupación entre los productores, quienes buscan soluciones a corto y largo plazo.
Algunas organizaciones internacionales han instado a México y Estados Unidos a trabajar en conjunto para desarrollar planes sostenibles de gestión del agua. La colaboración científica y tecnológica podría ser clave para enfrentar los desafíos futuros.
La presión política en Estados Unidos ha llevado a algunos legisladores a considerar medidas unilaterales para garantizar el suministro de agua en Texas, lo que podría generar fricciones en la relación bilateral.
México, a la espera de aranceles
No obstante, diversos expertos subrayan que ambas naciones fronterizas sufren los efectos de la sequía y el uso excesivo del agua.
Según Rosario Sánchez, investigadora del Instituto de Recursos Hídricos de Texas, aunque el acuerdo internacional establece cantidades específicas, las condiciones actuales de la cuenca hacen imposible satisfacer dichos requerimientos.
«Existe tanto la disposición como la capacidad para cumplir, pero el problema radica en que el tratado fija volúmenes invariables mientras la cuenca está comprometida más allá de sus límites», afirmó la especialista.
Entre tanto, el gobierno mexicano aún no responde formalmente a la petición de los legisladores texanos.
La presidenta Sheinbaum indicó que aguardará hasta el 2 de abril, cuando Estados Unidos tiene previsto aplicar aranceles a productos metálicos mexicanos, antes de decidir sus acciones.
https://www.milenio.com/politica/texas-urge-trump-presione-mexico-cumplir-tratado-aguas
Escasez de agua genera pérdidas millonarias a Texas
La legisladora advirtió de “las graves consecuencias económicas” que enfrenta esa región debido al incumplimiento de México con el tratado de aguas de 1944, en un momento en que las tensiones comerciales entre ambos países se intensifican.
La congresista, que representa a una población de mayoría hispana (94.2 por ciento), coincide y apoya el decreto presentado esta semana por el senador estatal republicano Adam Hinojosa.
En el documento urgen al Gobierno de Claudia Sheinbaum que cumpla con un acuerdo bilateral firmado hace 80 años, en medio de pérdidas que ascienden a unos 993 millones de dólares anuales en el sur de Texas debido a la falta de agua para la irrigación, según cálculos de la universidad Texas A&M.
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