Cruz Azul y Tigres protagonizaron un emocionante partido amistoso en el Cotton Bowl de Dallas, Texas, como parte de su preparación para la Liguilla del torneo Apertura 2024. Ambos equipos aprovecharon el parón por la fecha FIFA para no perder ritmo competitivo, reviviendo el enfrentamiento de la última jornada de la fase regular. El marcador finalizó en un empate a 1-1, con goles de Georgios Giakoumakis y un autogol desafortunado de Gonzalo Piovi, dejando buenas sensaciones para ambas escuadras de cara a los compromisos decisivos que se avecinan.

El primer tiempo fue dominado en gran parte por Cruz Azul, que mostró intensidad y buen manejo del balón desde los primeros minutos. La Máquina Celeste se adelantó en el marcador al minuto 18, gracias a una jugada colectiva que culminó con un centro preciso de Piovi desde la banda izquierda. El griego Georgios Giakoumakis, con su olfato goleador, cerró la pinza para enviar el balón al fondo de las redes, desatando la alegría de la afición celeste en el estadio.

Tigres intentó responder rápidamente y generó varias aproximaciones peligrosas. Una de las jugadas más destacadas del primer tiempo ocurrió al minuto 39, cuando Sebastián Córdova envió un centro al área que la defensa rechazó de manera insuficiente. El balón quedó a disposición de Juan Sánchez Purata, quien se animó con una chilena espectacular, pero su disparo salió apenas desviado, generando un suspiro de alivio en la banca celeste.

Antes de finalizar la primera mitad, Sebastián Córdova volvió a ser protagonista con un remate de taquito que estuvo cerca de convertirse en una joya para el empate. Sin embargo, el portero Andrés Gudiño reaccionó de manera brillante, desviando el balón a tiro de esquina y consolidándose como una de las figuras del encuentro en ese tramo. La insistencia de Tigres finalmente rindió frutos al minuto 70, cuando el mediocampista argentino Juan Brunetta envió un centro peligroso al área. En su intento por despejar el balón, el defensor Gonzalo Piovi terminó introduciéndolo en su propio arco, decretando el empate y cambiando el ritmo del partido. Aunque fue un desafortunado error, Tigres celebró con entusiasmo, mientras Piovi lamentaba lo ocurrido.

Tras el empate, el juego se volvió más parejo, con ambos equipos buscando el gol de la victoria. Cruz Azul apostó por transiciones rápidas y balones largos hacia Giakoumakis, mientras que Tigres continuó explotando las bandas y el talento de jugadores como Córdova y Brunetta. A pesar de los intentos, las defensas de ambos equipos lograron neutralizar las jugadas más peligrosas. Con este resultado, Cruz Azul cerrará su preparación a la espera del rival que surgirá del Play-In, mientras que Tigres se medirá al Atlético de San Luis en la Liguilla. Este partido sirvió como una prueba valiosa para ambos conjuntos, que se mantienen como favoritos en la contienda por el título. El encuentro también fue una fiesta para los aficionados en el Cotton Bowl, donde se vivió un ambiente de camaradería entre las aficiones mexicanas residentes en Dallas. Este tipo de partidos refuerzan la conexión de los equipos de la Liga MX con sus seguidores en Estados Unidos, quienes llenaron las tribunas y disfrutaron de un espectáculo de calidad. A pesar del empate, los entrenadores Joaquín Moreno y Robert Dante Siboldi expresaron satisfacción por el desempeño de sus equipos. Ambos estrategas señalaron que el juego dejó buenas sensaciones, pero también áreas por mejorar de cara a los retos de la Liguilla.