Biden y Sheinbaum se reúnen en el G20; hablan de seguridad y migración
El reciente encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, marcó un hito en la relación bilateral entre ambos países, con la migración, la seguridad y los asuntos económicos como temas centrales de la conversación. Esta reunión se llevó a cabo durante la cumbre de líderes del G20 en Río de Janeiro, Brasil, en un momento clave para los dos países, que enfrentan desafíos comunes y oportunidades de cooperación. Es la primera vez que ambos presidentes se reunieron en persona desde la elección de Sheinbaum como presidenta de México el 1 de octubre de 2024.
En el encuentro, Biden expresó sus felicitaciones a Sheinbaum por su reciente victoria electoral y la asunción del cargo, lo que subraya la importancia de la relación entre los dos países, la cual sigue siendo fundamental para la estabilidad económica y política de América del Norte. El presidente estadounidense también reafirmó el compromiso de su administración para fortalecer una Norteamérica próspera, centrada en la creación de trabajos bien remunerados y la mejora de la calidad de vida para los ciudadanos de ambos países.
Uno de los puntos más destacados de la reunión fue el énfasis en la cooperación bilateral en materia de migración. Ambos líderes coincidieron en la necesidad de abordar de manera integral los flujos migratorios, buscando soluciones a largo plazo que respeten los derechos humanos y promuevan la seguridad en las fronteras. La situación migratoria en América Latina ha sido un tema recurrente en las conversaciones internacionales, especialmente debido al aumento de migrantes provenientes de diversas regiones, como Centroamérica y Venezuela. La seguridad también estuvo en la agenda, especialmente el combate al crimen transnacional organizado, un desafío persistente que afecta tanto a Estados Unidos como a México. El narcotráfico, el tráfico de personas y otras formas de crimen organizado han sido problemas constantes en la relación bilateral, y ambos líderes subrayaron la importancia de seguir trabajando juntos para reducir estos fenómenos. La cooperación en el ámbito de la seguridad se considera esencial para fortalecer la paz y el orden en la región.
Además de la migración y la seguridad, la conversación entre Biden y Sheinbaum también abordó varios temas económicos de interés mutuo. Los dos líderes hablaron sobre el fortalecimiento de las economías de ambos países y cómo pueden colaborar para impulsar el crecimiento económico, creando empleo y mejorando la competitividad a través de la inversión en tecnología y en infraestructura. También discutieron los desafíos y oportunidades derivados del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), un acuerdo que sigue siendo un pilar clave para las relaciones económicas en América del Norte.
Sheinbaum, quien asumió la presidencia en medio de una serie de transformaciones económicas y sociales en México, enfatizó la importancia de fortalecer las relaciones comerciales con Estados Unidos, especialmente en sectores clave como la manufactura, la energía y la tecnología. Biden, por su parte, destacó la necesidad de que ambos países trabajen juntos para garantizar que los beneficios del T-MEC se distribuyan equitativamente, no solo a nivel de grandes empresas, sino también a nivel de las pequeñas y medianas empresas que juegan un papel crucial en las economías de ambos países.
La reunión entre Biden y Sheinbaum también incluyó un intercambio de ideas sobre la crisis humanitaria en Haití, un tema que ha cobrado relevancia en los últimos meses debido al colapso político y social en el país caribeño. Ambos líderes coincidieron en la importancia de ofrecer apoyo humanitario y colaborar con otras naciones de la región para estabilizar Haití y ayudar a mitigar las condiciones que están llevando a un éxodo masivo de haitianos hacia otras naciones, incluyendo a México y Estados Unidos.
Otro de los temas que surgió en la conversación fue el combate al cambio climático. Tanto Biden como Sheinbaum han expresado un fuerte compromiso con la agenda ambiental, y en este sentido, discutieron formas de colaborar en la transición hacia fuentes de energía renovable, la reducción de emisiones de carbono y la implementación de políticas que promuevan la sostenibilidad. Ambos países se han comprometido a alcanzar sus objetivos climáticos bajo el Acuerdo de París, y la cooperación en este ámbito es vista como clave para la salud del planeta y el futuro económico de la región.
En cuanto a la relación con Canadá, Biden también se reunió con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en el marco de la cumbre del G20. Al igual que con Sheinbaum, el presidente estadounidense trató temas relacionados con la creación de empleos para la clase media y el fortalecimiento de la cooperación trilateral bajo el T-MEC. Trudeau y Biden también discutieron la lucha contra el cambio climático, con un enfoque en cómo los tres países pueden trabajar juntos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover la adopción de tecnologías limpias. La situación de Haití, que también fue tocada en las conversaciones con Sheinbaum, también fue parte del diálogo entre Biden y Trudeau. Ambos líderes manifestaron su preocupación por la situación en Haití y reafirmaron su apoyo a los esfuerzos internacionales para estabilizar el país y proporcionar asistencia humanitaria a quienes se ven afectados por la crisis.
Una de las prioridades compartidas por los tres líderes, Biden, Sheinbaum y Trudeau, es la mejora de las relaciones trilaterales en el contexto de un mundo cada vez más globalizado y con desafíos compartidos. En este sentido, el fortalecimiento de la alianza de la OTAN y la cooperación en temas de seguridad global también fueron puntos clave en las conversaciones, ya que los tres países comparten una visión común de la importancia de una defensa colectiva y una postura firme frente a las amenazas geopolíticas.
La elección de Trump amenaza los avances del G20 para combatir la crisis climática
Los países del G20 firmarán en la cumbre de Río de Janeiro, este lunes y martes, compromisos para luchar contra la crisis climática, pero estos esfuerzos pueden verse frenados con la llegada al poder en Estados Unidos de Donald Trump, un escéptico del tema. La agenda climática es uno de los ejes centrales de las discusiones de la cumbre gracias al impulso de Brasil, país que preside el grupo que reúne a las mayores economías del planeta, que son también las más contaminantes, puesto que juntas responden por cerca del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En las reuniones previas a la cumbre, que serán ratificadas por los jefes de Estado, se logró un consenso ministerial para ampliar los flujos financieros destinados a combatir la crisis climática, para lo que se propondrá fortalecer el papel de los bancos multilaterales. Además, se suscribirá un compromiso para triplicar la capacidad global de energías renovables hasta 2030 y para fomentar la transformación ecológica mediante herramientas económicas como la bioeconomía, que impulsa el uso sostenible de recursos naturales.
Entre las medidas concretas, figura un compromiso de apoyar con fondos gubernamentales al Fondo de Bosques Tropicales para Siempre (TFFF, por sus siglas en inglés), una propuesta impulsada por Brasil para compensar a los países de baja y mediana renta por la preservación de sus selvas.
Asimismo, de la cumbre emanarán compromisos para preservar los océanos, implementar una convención de la ONU contra la contaminación por plásticos, crear mecanismos para pagar por servicios ecosistémicos a los países que preservan sus recursos y mejorar la gestión de los recursos para promover una economía circular. Las discusiones climáticas han permeado discusiones en prácticamente todas las negociaciones ministeriales y también se plasmarán en acuerdos para fomentar prácticas sostenibles en la agricultura o el turismo. El efecto Trump
Los consensos, no obstante, podrían verse debilitados con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, quien durante su candidatura prometió retirar al país del Acuerdo de París, como lo hizo en 2017.
“Retirar a Estados Unidos de las negociaciones climáticas tendrá un efecto muy negativo”, dijo Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, la principal red de la sociedad civil en Brasil en temas de agenda climática.
Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo, después de China, y si se retira de las mesas de negociación climática, las emisiones aumentarán.
En cuanto al impacto directo en el G20, Astrini asegura que el país norteamericano retirará cualquier apoyo a temas relacionados con la crisis climática, “ya sea en lo financiero, diplomático, de transferencia de tecnología o en cualquier otro aspecto”. El líder estadounidense es un negacionista de la crisis climática y un firme defensor de la explotación de hidrocarburos, los principales contaminantes, así como de cualquier actividad económica que genere riqueza para el país, sin importarle el impacto ambiental que ello represente. Para el reconocido científico brasileño y experto en clima Carlos Nobre, el “efecto Trump” ya comenzó a manifestarse con el retiro de la delegación argentina de la cumbre climática en Bakú (COP29), y señaló que ese respaldo entre gobiernos negacionistas también se hará sentir en foros como el G20. Para Nobre, esta situación en la coyuntura actual “es muy grave” porque las condiciones del planeta están peor que hace ocho años, cuando el republicano llegó al poder. “Los eventos extremos se han multiplicado exponencialmente; nunca ha habido tantos como los que estamos viviendo ahora”, aseguró
Secretario general de la ONU pide a los líderes del G20 “dar un paso adelante” por la paz en Ucrania y Gaza
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este domingo a los líderes del G20, que se reunirán el lunes y martes en Río de Janeiro, “dar un paso adelante” por la paz en la Franja de Gaza, Líbano, Ucrania y Sudán.
Los países del G20 ejercen una “enorme influencia diplomática” y “deben utilizarla para abordar los principales problemas mundiales. En primer lugar, la paz” porque mientras “las guerras continúan, la gente está pagando un precio horrible“, dijo en una rueda de prensa en Río. Guterres demandó así a los jefes de Estado y de Gobierno del G20, que reúne a las mayores economías del planeta, abordar los grandes conflictos en curso, algo que ha rechazado de forma tajante Brasil, que ejerce la presidencia rotativa del foro hasta el próximo 30 de noviembre, cuando pasará a Sudáfrica.
Brasil sostiene que el G20 surgió como un mecanismo de coordinación económica y, por esta razón, no es la instancia adecuada para la prevención y resolución de conflictos, algo que, a su juicio, le compete a la ONU.
De hecho, la Presidencia brasileña ha organizado tres plenarias para la cumbre del G20 sobre cómo erradicar el hambre en el mundo, la reforma de las instituciones internacionales y una última sobre transición energética y desarrollo sostenible.
Sin embargo, Guterres instó al G20 a “dar un paso adelante por la paz“, en concreto en Gaza y Líbano, objeto de bombardeos e invasiones del Ejército israelí, así como en Ucrania, bajo fuego ruso desde hace cerca de tres años, y Sudán.
De Gaza, insistió en la necesidad de “un alto el fuego inmediato, la liberación inmediata de todos los rehenes” capturados por la milicia islamista palestina Hamás y “el inicio de un proceso irreversible hacia una solución de dos Estados“.
Sobre el Líbano, pidió igualmente el fin de las hostilidades y caminar de forma significativa “hacia la plena aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad“.
De Ucrania, urgió a “respetar la Carta de las Naciones Unidas, las resoluciones de la ONU y el derecho internacional“.
Sobre Sudán, alertó de “la espantosa violencia y la desesperada crisis humanitaria que se está desatando entre la población civil”.
“En todas partes, la paz requiere acciones basadas en los valores de la Carta de la ONU, el Estado de derecho y los principios de soberanía, independencia política e integridad territorial de los Estados”, sostuvo Guterres.
Ante el regreso de Trump, secretario general de la ONU llama a “fortalecer el multilateralismo”
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo este domingo en Río de Janeiro (Brasil) que la “mejor respuesta posible” al regreso de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos es “fortalecer el multilateralismo“. Preguntado en una rueda de prensa sobre cómo se debería organizar la comunidad internacional frente a la posibilidad de que Trump vuelva alejarse de acuerdos globales, como los climáticos, Guterres afirmó que “lo más importante es reconocer la importancia del multilateralismo” y “fortalecer” sus instituciones.
“Si se hace a nivel de la ONU, en la arquitectura financiera internacional; si se establecen diálogos significativos entre los gobiernos“, y “si se hace más fuerte el multilateralismo en esas áreas”, esa sería “la mejor respuesta posible”, aseveró.
Guterres también defendió con firmeza la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, a la que se refirió como el camino idóneo para “enfrentar las tremendas desigualdades e injusticias que existen en el mundo”. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas respondió en esos términos al ser cuestionado sobre la posición de Argentina, cuyo presidente, Javier Milei, considera la Agenda 2030 un producto fruto del “marxismo cultural“.
Argentina, de hecho, se retiró al poco empezar la cumbre climática COP29 de Bakú y tampoco suscribió una declaración ministerial en materia de empoderamiento femenino en el ámbito del G20. Esa postura podría trasladarse ahora a la reunión de líderes del G20, que se celebra entre lunes y martes en Río de Janeiro, donde uno de los temas que serán abordados será precisamente la crisis climática.
En este contexto, Guterres, sin mencionar explícitamente el caso argentino, hizo un llamado a “todos los países” del G20 a que tengan “espíritu de consenso” y “exhiban sentido común” para culminar la cita con “decisiones relevantes para el orden internacional”.
“Si el G20 se divide, pierde relevancia a nivel global, y eso es algo altamente indeseable en un mundo que ya tiene tantas divisiones geopolíticas”, expresó.
El G20 está formado por Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, además de la Unión Europea y la Unión Africana.
El G20: Un Pilar del Orden Mundial en la Encrucijada –
Desde su creación en 1999 como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, el G20 ha demostrado ser un actor central en la gestión de crisis económicas y financieras
El G20, que reúne a las principales economías del mundo, representa el 85% del PIB global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional. Estas cifras reflejan su peso económico y demográfico, convirtiéndolo en un espacio clave para abordar los grandes desafíos globales. Sin embargo, la cumbre de 2024 en Río de Janeiro, marcada por transiciones políticas y tensiones internacionales, evidencia las fracturas de un sistema multilateral que enfrenta su mayor prueba de relevancia en décadas. Un foro esencial en un mundo dividido El G20 está compuesto por 19 países y 2 organismos regionales: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía, además de la Unión Europea y, recientemente, la Unión Africana. Juntos, estos miembros concentran la mayor parte de la actividad económica y comercial global, lo que refuerza su capacidad para influir en las decisiones más críticas para el planeta. Desde su creación en 1999 como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, el G20 ha demostrado ser un actor central en la gestión de crisis económicas y financieras, como durante la crisis global de 2008. Sin embargo, en las últimas décadas, su agenda se ha expandido para incluir temas como el cambio climático, la salud global y la igualdad de género, reflejando la necesidad de respuestas integrales a los desafíos globales.
La edición 2024, bajo el lema “Construyendo un mundo justo y un planeta sostenible”, pone en el centro problemas estructurales como el hambre, la pobreza y la desigualdad. Brasil, como anfitrión, lidera con iniciativas como la Alianza Global Contra el Hambre y la Pobreza, buscando movilizar recursos y conocimientos para combatir estas problemáticas de forma colectiva.
El multilateralismo en crisis La Cumbre de Río será testigo de momentos políticamente cargados, como la despedida internacional de Joe Biden, quien busca consolidar un legado basado en la cooperación global, y la llegada de Javier Milei, un líder que desafía el enfoque tradicional del G20. Este contraste ilustra la tensión entre dos visiones: una basada en el multilateralismo y otra que privilegia el nacionalismo y el bilateralismo.
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