Presenta Biden al Congreso su Reforma Migratoria en febrero

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Ante una fuerte oposición republicana 

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Dallas, Tx.- La reforma integral del sistema migratorio de Estados Unidos que promueve el presidente Joe Biden llegará en unas dos semanas al Congreso, donde los demócratas tienen mayoría en ambas cámaras, aunque los republicanos ya apuraron sus objeciones y pueden bloquear la legislación.

En el mismo día de su investidura Biden propuso el pasado miércoles un proyecto de ley que incluye la legalización del estatus migratorio y posterior naturalización de más de 11 millones de indocumentados en un plazo de ocho años, término que se reduciría a tres años en el caso de los beneficiarios de los programas DACA, TPS y trabajadores agrícolas.

El senador demócrata Bob Menéndez, a quien ahora se le ha encargado la conducción de la brega legislativa por la Reforma Migratoria en la Cámara alta, dijo en una teleconferencia de prensa que su equipo tendrá lista en ahora unas dos semanas la legislación para presentarla al Congreso.

“La gran diferencia este año es que tenemos un presidente que desde el primer día de su gestión demostró que está dispuesto a emplear su capital político en busca de una solución permanente al problema de la migración”, añadió.

CAMINO 

DIFICIL 

Pero no lo tendrá fácil este exmiembro de la bipartidista “Banda de los Ocho”, que en 2013 intentó que se aprobase una Reforma Migratoria, que se quedó estancada en la Cámara de Representantes, entonces de mayoría republicana, después de superar el obstáculo en el Senado.

Uno de sus compañeros en aquel grupo bipartidista, el senador republicano Marco Rubio, no parece muy convencido ahora y ya criticó la actuación de Biden en sus dos primeros días en la Casa Blanca, incluido en materia migratoria.

El senador por Florida calificó como “criminal” la suspensión de las deportaciones, mientras que su colega Rick Scott, también republicano, sostuvo que “el presidente Biden y los demócratas ya están impulsando una agenda migratoria radical de amnistía y fronteras abiertas”.

Lindsey Graham, republicano de Carolina del Sur y otro de los que integraron la “Banda de los Ocho”, expresó sus dudas acerca de las posibilidades de que el plan de Biden sea aprobado en el Congreso y lo describió como “a la izquierda” del proyecto en el cual él colaboró en 2013, en el que la seguridad fronteriza tenía un peso mucho mayor que en el proyecto del presidente.

Y el presidente Biden probablemente necesitará a estos senadores republicanos que en el pasado se mostraron a favor de una Reforma Migratoria integral para ir sumando congresistas hasta alcanzar la mágica cifra de diez conservadores en la Cámara alta para que haya algún avance sustancial en esta materia sin resolver desde hace más de dos décadas.

En cuanto a las objeciones de políticos republicanos, Menéndez dijo que algunos de ellos tienen ambiciones presidenciales “y atienden más esas cuestiones que el interés del país, el bien de la economía y la seguridad nacional”.

“He hablado con otros colegas republicanos que apoyaron la iniciativa de 2013, y hemos estado en contacto con sectores económicos como la agricultura y la alta tecnología que se beneficiarían con una Reforma Migratoria”, añadió. “El Partido Republicano tiene el derecho si quiere de mantener su postura antiinmigrante, pero ahí no está el futuro”.

“Es hora de comenzar un nuevo capítulo” tras el cuatrienio del pasado presidente, Donald Trump, caracterizado por los “constantes ataques a la comunidad inmigrante” añadió el legislador.

ADVIERTEN 

DEMORA 

Andrew Arthur, del conservador Centro para Estudios de Inmigración, indicó en un reciente análisis que hay “muchos factores en juego” para determinar cuán probable es que se apruebe la “amnistía de Biden” para más de 11 millones de extranjeros.

El actual panorama en el Congreso, con exiguas ventajas demócratas en ambas cámaras, llevaría, estimó Arthur, a que se demorase el proceso de aprobación de la reforma.

La Cámara de Representantes puede aprobar leyes con mayoría simple, pero en el Senado existe la regla de filibusterismo (una táctica dilatoria), por la cual la oposición de un solo senador puede hacer necesario el apoyo de al menos 60 votos, 10 más de los que cuentan los demócratas.

El senador demócrata Joe Manchin, de Virginia Occidental, ya ha dicho que se opone totalmente a que se elimine el filibusterismo, y Rubio comentó hoy que “la razón misma por la cual tenemos esa regla es para que cuando un partido controle todas las ramas del gobierno, un hombre o una mujer puedan resistir en el Senado las pasiones del momento”.

A FAVOR Y 

EN CONTRA  

Así que a la Casa Blanca y los demócratas no les queda otra que llegar a un acuerdo, y ya hay republicanos que se mostraron dispuestos a considerar todo el paquete migratorio de Biden y están abiertos a la posibilidad de negociación y colaboración.

“La Reforma Migratoria ha sido una prioridad legislativa para mí en el Congreso”, indicó en una declaración el representante Mario Díaz Balart, republicano de Florida. “Debemos llegar a una solución de sentido común que proteja nuestras fronteras, estimule la economía, modernice el sistema de visas, ofrezca una solución permanente y humana a quienes viven en las sombras, y se adhiera fielmente al imperio de la ley”.

El presidente Joe Biden necesitaría al menos 10 votos de republicanos en el Senado para que la Reforma Migratoria que propuso sea aprobada en el Congreso de Estados Unidos.

Sin embargo, los reportes al momento apuntan a que los principales legisladores del Senado de ambos partidos se encuentran escépticos de que la medida sea aprobada sin cambios sustanciales.

Un informe de NBC News señala que en el Senado es poco probable que la propuesta obtenga los 60 votos necesarios para superar el procedimiento conocido como “filibuster”, un trámite político usado en ese cuerpo legislativo para bloquear u obstruir leyes o nominaciones no deseadas por los miembros de la minoría. Para que se le dé paso a los cambios a las leyes de inmigración, el presidente necesitaría al menos 10 votos republicanos a su favor, ya que el Senado actualmente se divide 50-50 entre ambas delegaciones.

El senador republicano por Florida, Marco Rubio, una figura clave en la reforma de 2013 impulsada por los ocho senadores conocidos como “Gang of Eight” (La Banda de los Ocho) no le ve posibilidades de éxito al plan del Ejecutivo. La reforma previa fue aprobada por el Senado, pero se colgó en la Cámara de Representantes controlada en ese momento por los republicanos.

“Hay muchas cuestiones que creo que podemos trabajar en cooperación con el presidente electo Biden, pero una amnistía general para las personas que están aquí ilegalmente no va a ser una de ellas”, indicó Rubio en un comunicado a horas de la toma de posesión de Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.

El republicano Lindsey Graham, de los senadores más conservadores durante la Administración Trump, indicó que lo más probable que ocurra es un acuerdo menor respecto al Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) de 2012, que el presidente Barack Obama instauró.

“Creo que probablemente la posibilidad en un Senado dividido 50-50 sería una especie de acuerdo sobre DACA”, indicó Graham según citado por la televisora. “La reforma migratoria integral va a ser difícil de pasar dado este entorno, pero creo que es posible lograr DACA”.

DUDAN LOS 

TEPESIANOS 

Esta semana, algunos grupos de inmigrantes como los “tepesianos” o amparados por el Estatus de Protección Temporal (TPS) consideraron la propuesta migratoria de Biden como “muy buena para ser verdad”, según un reporte de la agencia Efe.

En su lugar, recomendaron una ley independiente que les otorgue la residencia permanente.

Biden presentó, tras jurar al cargo como el presidente 46 de EU, un proyecto que abre el camino para la legalización de 11 millones de indocumentados que cumplan ciertos requisitos.

La intención del presidente es permitir a millones de inmigrantes aspirar a la naturalización en ocho años, establecer un programa de procesamiento en el extranjero para refugiados que busquen ingresar al país, impulsar el uso de tecnología para vigilar la frontera y ampliar las políticas de asilo.

Como parte de las nuevas acciones en materia de inmigración la Administración, a través del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), también suspendió por más de tres meses las deportaciones de ciertos inmigrantes.

Adicional,  el presidente firmó justo después de su investidura una orden ejecutiva que ordena detener la construcción del muro fronterizo con México, con lo que acabó con la emergencia nacional decretada por su predecesor, Donald Trump.

MIGRANTES 

DEPORTADOS 

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) divulgó un memo que aclara quiénes son los indocumentados detenidos por las autoridades migratorias que no serán liberados o seguirán sujetos a la deportación a pesar de la nueva orden anunciada por el presidente Joe Biden para una pausa de 100 días que entró en vigor el pasado viernes.

Los tres tipos de inmigrantes que no se salvarán de las deportaciones

En la lista de los que serían removidos del país se encuentran:

  1. Los migrantes que llegaron a la frontera después del 1 de noviembre del 2020. 

 

 

  1. Aquéllos que representan un riesgo a la seguridad pública, como los procesados por terrorismo. 

 

  1. Los convictos por delitos graves. 

Las nuevas disposiciones contenidas en el documento fueron enviadas por el secretario interino del DHS, David Pekoske, el pasado miércoles a los encargados de todas las agencias migratorias pertinentes.

Las nuevas guías se enfocan en instruir a los agentes migratorios en cuanto al enfoque de los arrestos y deportaciones a raíz de la moratoria anunciada el miércoles.

De acuerdo con el informe del Centro de Estudios de Inmigración (CIS.org), en la práctica, esto significa que a partir del 1 de febrero, ICE debe liberar a extranjeros en custodia a los que no les aplica ninguna de las tres clasificaciones anteriores aún cuando tengan una orden judicial para remoción y hayan agotado todos los recursos apelativos. La moratoria incluiría indocumentados convictos por violencia doméstica, delitos sexuales, conducir bajo sustancias, robo que provocó la pérdida de menos de $10,000, y muchos otros delitos.

Por su parte, la cadena Fox reportó que oficiales del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Texas recibieron un correo electrónico el día anterior en el que se les pidió detener inmediatamente todas las remociones para la “medianoche de hoy”.

El reporte no hace mención a las excepciones antes señaladas.

CAMBIOS EN 

LA FRONTERA 

En el proyecto de reforma migratoria del presidente Joe Biden, que aún debe ser discutido en el Congreso, se contemplan cambios radicales al tratamiento de los inmigrantes, así como a la protección de las fronteras de Estados Unidos.

La reforma migratoria del presidente Biden, titulada “America’s Citizenship Act of 2021” (“Ley de Ciudadanía de EE.UU. del 2021”), tiene entre sus puntos principales perseguir enérgicamente políticas que protejan la seguridad del país y proporcionar un sistema migratorio justo y equitativo.

Entre las medidas propuestas figuran: 

– Modernizar el sistema de inmigración de Estados Unidos

– Dar la bienvenida a los inmigrantes en nuestras comunidades

– Reafirmar el compromiso de Estados Unidos con los solicitantes de asilo y los refugiados

– Abordar las causas fundamentales de la migración irregular

– Implementar un control fronterizo efectivo

– Revertir las políticas de la Administración Trump que separan a los padres de sus hijos en nuestra frontera, incluido poner fin al enjuiciamiento de los padres por infracciones migratorias menores como táctica de intimidación, y priorizar la reunificación de los niños que aún estén separados de sus familias.

– Restaurar las leyes de asilo para que hagan lo que deberían hacer: proteger a las personas que huyen de la persecución y que no pueden regresar a sus hogares a salvo.

– Dirigir los recursos necesarios para garantizar que las solicitudes de asilo se procesen de manera justa y eficiente, mientras se trata a las familias y los niños con compasión y sensibilidad.

– Trabajar con México y Canadá como socios, no como adversarios. Una mejor cooperación con nuestros vecinos se traduce en una mayor seguridad para todos nuestros países.

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