OTRO MAS… OTRO MENOS.

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 Sin duda alguna cuando pasamos de los 50 años (ya me dieron mi primer descuento por ser de la tercera edad) vemos la vida de otra manera. Ya no muy fácil nos mueven de nuestras ideas o convicciones. Ya estamos hechos  para la frase “genio y figura hasta la sepultura”.

Estamos por terminar un año más… también se podría decir un año menos. “No es lo mismo, pero es igual”.
Mucha gente se pone a hacer recuento de hechos y de lo no en el año.
Los noticieros hacen su trabajo haciendo un recuento de las noticias mas sonadas.
No quiero ser agua fiesta (no lo acostumbro ja ja ja ja, creo que es mi especialidad) y pues quiero hacer algo diferente esta vez.
¿Como nos ha ido este año? De la patada diría alguien… y aun así esperamos el que viene. Viene sin estrenar, o sea que nos lo vamos a echar al pico.
¿Por qué esperamos al Año que viene? Simplemente porque queremos muy dentro de nuestro corazón de que algo cambie para poder empezar a sentirnos más confortable, mas alegres a pesar de lo que venga ¿Qué no?
Este año se nos ha presentado de una manera que lo vamos a recordar siempre y que pasará a la historia como el “Año del Miedo”. Así le quiero llamar, por la simple razón de que ya ustedes saben mi opinión de la “pandemia”.
Muy independientemente de lo que pienso de esta “pandemia”, creo que muchas personas se han visto “obligadas” a buscar otra manera de sobresalir a los estragos económicos que la pandemia ha dejado.
Quiero antes de seguir escribiendo contar una historia que leí hace muchos años… así es, muchos años.
Cierto maestro con su alumno estaba dando una vuelta por las aldeas de su país. Llegaron a una casa sumamente humilde.
Quisieron pasar unos días con esta familia para saber como es que sobrevivían. Se dieron cuenta de que la vida de esta familia giraba alrededor de una vaca que tenían. Todos los días en la mañana y en la tarde ordeñaban la vaca. La leche la vendían en el pueblo y así era la vida de esta familia. Ordeñar la vaca en la mañana y en la tarde, luego vender la leche en el pueblo.
Una noche el maestro le dijo al jefe de familia que se marcharían tan pronto como amaneciera y que agradecía su hospitalidad.
Al día siguiente antes de que saliera el sol, el maestro y su alumno salieron de la casa. En su camino se encontraron a la vaca. El maestro le dijo a su alumno que amarrara la vaca y que lo siguiera. Así lo hizo el alumno. El maestro se encamino hacia un precipicio y le ordenó a su alumno que lo ayudara a echar a la vaca al precipicio. El alumno no podía creer lo que el maestro le pedía, pero no le quedó de otra mas que obedecer. Luego de hacerlo se marcharon del lugar.
Recorrieron por unos años toda la comarca.
Llegó el momento en que el maestro dejó libre al alumno. Ya le había enseñado lo que debía de aprender.
El alumno en todo ese tiempo pensaba en la familia que se había quedado sin el sustento… la vaca.
Sin pensarlo dos veces se dirigió al lugar donde residía la familia.
Cuando llegó no reconoció el lugar. Había una enorme casa con muchas bodegas a su alrededor.
Todo destanteado se estaba retirando cuando un señor le preguntó que era lo que se le ofrecía.
– Hace años vivía aquí una familia que dependía de una vaca, pero creo que me equivoque de lugar.
– No se ha equivocado. Esa familia es mi familia. Por muchos años dependimos de esa vaca. Nos daba de comer, nos daba para vestirnos y una que otra cosa más, pero un día nuestra vaca desapareció y la fuimos a encontrar muerta en un precipicio aquí cercas. Pensamos que moriríamos de hambre, pues la vaca era nuestra vida, pero no. Empezamos a pensar en como poder sobresalir. Nos dimos cuenta de que sabíamos hacer otras cosas. Unos empezaron a hacer pan, otros, comida para vender, artesanías, cosas de alfarería… y así fue como sobresalimos. Ahora puede ver cómo es que cada bodega tiene su propio negocio… y gracias a que la vaca murió. De otra manera nunca hubiéramos sabido lo que teníamos en nuestras manos.
Creo que esto mismo es lo que le esta pasando a mucha gente que se quedó sin trabajo. En vez de esperar a que le den de comer ha buscado la manera de sobresalir a como de lugar. Cuando una puerta se cierra… se abre otra puerta u otra ventana. Pero de que no nos quedamos quietos no nos quedamos.
Son muchas las personas que he visto como han sobresalido en esta “pandemia”. Querían que se trabajara desde su casa… pues ahí lo tienen. Mis respetos a estas personas que se han quedado sin su “vaca”, pero que han sabido moverse para no quedarse sin la leche de la vaca.
Esa es mi gente que busca la manera de hacer las cosas como debe de ser, no ser carga para el gobierno.
Espero que pase un fin de Año Nuevo en familia muy bendecido por nuestro Dios. Dios me los bendiga en este Año Nuevo.
Sugerencias, comentarios y opiniones favor de enviarlas a: gammaliel9.10@gmail.com.

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