Miles de ciudadanos en L.A. manifestaron en las calles momentos críticos contra tropas y redadas de Trump

El origen de las protestas
El estallido del malestar que se vive en Los Ángeles tuvo su origen el pasado viernes, cuando el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) realizó varias redadas en distintos puntos de Los Ángeles que llevaron al arresto de al menos 44 personas en el distrito de Westlake, el centro y el sur de la metrópoli.
En respuesta, una multitud salió a manifestarse en contra de estas detenciones, lo que llevó a Trump a ordenar el despliegue a más de 2.000 soldados de la Guardia Nacional para repeler las protestas y resguardar el edificio federal de inmigración, ubicado en pleno corazón de Los Ángeles.
Estas tropas, compuestas por una fuerza de reserva de las Fuerzas Armadas se activa para misiones especiales y esta vez supuso la primera en 60 años que se despliegan sin la autorización previa del gobernador del estado en cuestión.
Esta controvertida decisión aumentó la tensión en las calles a lo largo del fin de semana, y la protesta de altos funcionarios californianos como el gobernador Gavin Newsom.
La bandera de países latinoamericanos, especialmente de México, se han convertido en un símbolo de defensa de las raíces de aquellos a los que Trump quiere expulsar de EE.UU.. os Ángeles (EE.UU.), 9 jun (EFE).- Al grito de ‘¡Fuera ICE!’ y ‘¡Liberen a todos!’, los manifestantes en Los Ángeles continuaron con las protestas por cuarto día consecutivo, advirtiendo que el despliegue de tropas ordenado por el presidente Donald Trump no hace más que intensificar la indignación popular.
«La gente está enojada y que (las autoridades) respondan con violencia hace que nos enfurecemos cada día más», respondió a EFE Isabella, una joven originaria de Los Ángeles, hija de padres mexicanos y argentinos, que acudió a la convocatoria de hoy. Una multitud diversa se reunió desde el mediodía de este lunes en la entrada del edificio federal ubicado en el centro de la ciudad para exigir la liberación de los migrantes detenidos en las recientes redadas antiinmigrantes por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), y la retirada de la Guardia Nacional y de los 700 infantes de la marina desplegados por orden de Trump.
La congregación se llevó a cabo de forma pacífica la mayor parte del día con las personas mostrando banderas de México, Guatemala, Honduras, El Salvador e incluso Palestina.
Y es que el germen de las protestas, antes de trasladarse al centro de Los Ángeles, se gestó en Paramount, un pequeño municipio de poco más de 50.000 habitantes en el que reside una amplia comunidad latina y en donde, según el sitio web, «las estadísticas de delincuencia se encuentran en mínimos históricos».
Fue allí donde se registraron los primeros disturbios del sábado, tras el envío de la Guardia Nacional al estado más poblado del país y en donde más hispanos viven, con más de 15 millones de personas, según cifras del Gobierno.
Guerra abierta entre California y Trump
Las masivas protestas han desatado de nuevo la tormenta entre los funcionarios demócratas que lideran el estado y el presidente estadounidense, eternos rivales políticos con aristas opuestas acerca de cómo abordar la cuestión migratoria en el país.
Mientras Trump describe a Los Ángeles como una ciudad «invadida y ocupada por inmigrantes ilegales y criminales», las autoridades californianas defienden la riqueza que aporta la comunidad migrante al estado.
«Los Ángeles tiene una orgullosa historia de protestas pacíficas por los derechos de los inmigrantes. Debemos continuar ese legado; no caigamos en la trampa de la administración Trump. Protestemos pacíficamente. No se tolerarán los saqueos ni el vandalismo», avisó este lunes la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. Por su parte, el gobernador Newsom alegó que nunca solicitó el despliegue de Guardia Nacional, y que desde su llegada el conflicto no ha parado de escalar.
«No teníamos ningún problema hasta que Trump intervino. Esto constituye una grave violación de la soberanía estatal: exacerba las tensiones y desvía recursos de donde realmente se necesitan. Rescindan la orden», informó en un escrito.
Los focos de tensión se multiplican
Los esfuerzos de las autoridades de California derivaron este lunes en una demanda contra Trump por el despliegue «ilegal» de tropas, un movimiento que, según explicó el fiscal general de California, Rob Bonta, comporta un abuso de la autoridad.
Lejos de terminar, las protestas contra las deportaciones de Trump de Los Ángeles se han ido expandiendo a lo largo del fin de semana a otros puntos de California, como en San Francisco, donde más de 150 personas fueron arrestadas el domingo por la noche tras manifestarse contra el ICE.
También las autoridades de Nueva York detuvieron este lunes a 24 personas que se manifestaban en el vestíbulo de la Torre Trump contra las redadas de inmigrantes y las recientes restricciones de entrada al país impuestas por el mandatario a 19 países.
Las políticas anti-nmigrantes de Trump no toman por sorpresa a la sociedad estadounidense, ya que durante su primer mandato en la Casa Blanca (2017-2021) endureció gran parte de las leyes migratorias para detener el flujo de indocumentados al país y en la campaña para la presidente de este término fue una de sus promesas electorales.
Waymo retira sus taxis autónomos del centro de Los Ángeles por las protestas
Washington, 9 jun (EFE).- Waymo, una empresa de tecnología de conducción autónoma propiedad de Alphabet, anunció este lunes que retira sus taxis del centro de Los Ángeles por las protestas que se están registrando en la ciudad y en las que resultaron quemados cinco de sus vehículos.
«Waymo sigue operando en Los Ángeles. Sin embargo, por precaución debido a la actividad reciente, retiramos los vehículos del centro de Los Ángeles y por el momento no prestaremos servicio en esa zona específica», dijo un portavoz de la firma en una declaración enviada a EFE.
La compañía señaló que está trabajando en coordinación con el Departamento de Policía de Los Ángeles y siguiendo sus indicaciones.
Los taxis autónomos de Waymo fueron quemados el domingo muy cerca de donde se desarrolló una manifestación pacífica contra las redadas migratorias y el despliegue de tropas de la Guardia Nacional por parte de la Administración de Donald Trump.Un grupo de jóvenes desplazados por la policía la emprendieron contra los vehículos, que se trasladaban por la icónica Placita Olvera, el punto de fundación de la ciudad. En ese momento los coches estaban vacíos.
El despliegue de la Guardia Nacional por orden de Trump, algo inédito en EEUU en décadas
Washington, 9 jun (EFE).- La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de enviar a la Guardia Nacional a Los Ángeles para controlar las protestas por las redadas migratorias supone una orden inédita en el país en 33 años. A eso se suma el que el neoyorquino la adoptara sin aprobación del gobernador local, algo no visto desde 1965.
Primera decisión presidencial para sofocar disturbios desde 1992
La última vez que un presidente de los EE.UU. ordenó que la Guardia Nacional tomará las calles para garantizar el orden en las calles fue en 1992, cuando lo hizo George W.H. Bush para terminar con las revueltas violentas que estallaron el 29 de abril de aquel año tras la absolución de los cuatro policías que habían golpeado brutalmente a Rodney King un año antes.
El fallo a cuenta de la agresión a King, que había sido grabada por un vecino de Los Ángeles y emitida ampliamente en los medios, provocó disturbios violentos y episodios de saqueo que duraron cuatro días y dejaron unos 60 muertos, más de 2.000 heridos y cuantiosos daños materiales.
Los despliegues de la Guardia Nacional para neutralizar este tipo de episodios no son raros en Estados Unidos, pero son los Ejecutivos locales los que solicitan normalmente la maniobra, como sucedió, por ejemplo, cuando gobernadores de más de una veintena de estados activaron unidades de este cuerpo en 2020 para hacer frente a las protestas por la muerte de George Floyd.
En el episodio de Los Ángeles de 1992 tanto el gobernador californiano de entonces, el republicano Peter Wilson, como el alcalde de la ciudad, el demócrata Tom Bradley, pidieron a Bush que invocara la ley de Insurrección para permitir que la Guardia Nacional tomara las calles de la ciudad.
Primer envío de la Guardia Nacional sin consentimiento estatal en 60 años
La decisión de enviar a los más de 4.000 efectivos militares en contra del criterio del actual gobernador californiano, Gavin Newsom, y de la alcaldesa, la también demócrata, Karen Bass, dibuja a su vez un escenario que no se veía en el país en seis décadas.
La última vez que sucedió algo parecido fue en marzo de 1965, cuando el presidente Lyndon B. Johnson «federalizó» a la Guardia Nacional para enviarla a Alabama sin el visto bueno del gobernador del estado, George Wallace.
Johnson buscó así proteger a los participantes en las marchas pacíficas por los derechos civiles en contra de los deseos de Wallace, un firme segregacionista.
California decide demandar a Trump
Este lunes el estado de California optó por presentar una demanda contra Trump por considerar que desplegó de manera «ilegal» a la Guardia Nacional al considerar que abusó de «la autoridad del Gobierno Federal» y que violó la Décima Enmienda de la Constitución.
El sábado el republicano tomó la decisión a pesar de que funcionarios electos, la Policía y el alguacil de Los Ángeles confirmaron que las protestas, que en su mayoría se mantuvieron pacíficas, estaban contenidas, lo que llevó a una nueva escalada en los intercambios verbales entre Trump y Newsom, que acusó al magnate de crear «una crisis» y estar «agravando la situación».
Fue el propio Newsom el que anunció hoy, tras ser informado por la Casa Blanca, de que se desplegarán otros 2.000 efectivos adicionales en Los Ángeles, al tiempo que denunció las condiciones precarias en las que se encuentran actualmente los soldados publicando fotos en sus redes sociales que muestran a los militares durmiendo hacinados.
¿Qué es la ley de Insurrección?
Para autorizar el despliegue, el sábado Trump hizo uso del título 10 del código federal (que permite la movilización si existe una invasión o una rebelión o si el presidente no puede hacer cumplir la ley mediante las fuerzas del orden regulares) y evitó invocar la ley de Insurrección, como sí hicieron Bush en el 92 y Johnson en el 65.
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