Mejora relación gobierno-IP

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Por: Ing. Esteban Sánchez
La semana previa al primer Informe de Gobierno de López Obrador, la noticia más relevante
fue el acuerdo al que llegó el gobierno de México con las empresas Carso, IEnova y TC Energy.
En julio pasado, la Comisión Federal de Electricidad anunció la posible cancelación de los
“contratos leoninos” relacionados con la construcción de gasoductos. Incluso, la CFE planteó la
posibilidad de ir a una controversia internacional contra las citadas empresas. Tras dos largos
meses, AMLO anunció que la negociación alcanzada permitirá a la administración federal
ahorrar cuatro mil 500 millones de dólares, y la comercialización de ocho mil 200 millones de
pies cúbicos de gas natural al día. Con ello, se finalizará la red de gasoductos para el sureste del
país, y entrará en operación el ducto Sur de Texas-Tuxpan, que llevará el gas a la zona Golfo,
centro de México y Yucatán. La renegociación de los contratos de construcción y transportación
de gas fue anunciada por ambas partes como un “ganar-ganar”, al incluir: tarifas transparentes
de servicio de transporte de gas natural, y acuerdos equilibrados sobre casos fortuitos y de
fuerza mayor. Lo más trascendente es que, con ello, se mantiene la ruta para tener y acceder a
gas barato.
Carlos Slim, presidente de Grupo Carso, declaró durante el evento que el acuerdo alcanzado
tendrá un efecto positivo en la inversión privada. El empresario señaló que, al igualar las rentas
en el tiempo, los empresarios contarán con mayores recursos en el corto plazo, y
aprovechando las tasas de interés bajas que imperan en el mercado, financiarán más
proyectos. Analistas y representantes de la industria privada insistieron en que son necesarios
más mensajes como éste, donde, alejado de “posiciones fundamentalistas”, el gobierno podría
aprovechar “decisiones del pasado, que son buenas para el futuro”. El acuerdo alcanzado es
especialmente relevante para el futuro inmediato, por tres razones: 1) el estancamiento de la
economía recientemente publicado por el Inegi para el segundo trimestre del año; 2) la
creciente probabilidad de que se presente una recesión internacional; 3) la presión de recursos
que exhibe el paquete fiscal presentado el día de ayer. Es evidente que la complejidad de la
coyuntura económica plantea la necesidad de nuevas rutas de acción.
El paquete fiscal presentado el día de ayer ha establecido como una de sus prioridades la
inversión en Pemex. El gobierno ha apostado a inyectar recursos fiscales a la empresa petrolera
para fortalecerla, sin embargo, la incógnita sigue latente; ¿los recursos públicos destinados a
apalancar a Pemex serán vistos como “suficientes” por parte de los analistas internacionales?
La calificación de la empresa podría sufrir una degradación irremediable si el apoyo financiero
gubernamental resulta inferior a los requerimientos esperados. Sobre Pemex, analistas en
calificadoras como Moody’s han señalado que, además de los recursos fiscales, otro de los
aspectos relevantes es evitar que se profundice la declinación de las reservas probadas o que
continúe bajando la producción del petróleo.
Por esta razón, el episodio de los gasoductos ha abierto una importante ventana de
oportunidad. El gobierno puede flexibilizar sus posiciones y crear una atmósfera favorable a la
inversión para la siguiente etapa del sexenio. Abrir nuevamente los contratos de asociación
público-privado y subastas en campos petroleros sería una ruta positiva para que, a través de la
colaboración con empresas privadas, Pemex pueda mandar una señal clara de viabilidad.
La inversión resultante podría catalizar el crecimiento y el desarrollo, detenidos en lo que va de
la actual administración, e incluso liberar recursos públicos para otras prioridades
gubernamentales, como seguridad e inversión en bienestar. La posición original del Presidente
frente a la iniciativa privada ha buscado enfatizar que el gobierno no está supeditado a los
intereses económicos de unos cuantos. El acuerdo en gasoductos evidencia que lo anterior no
está peleado con compartir riesgos con la iniciativa privada. El capítulo también ha dejado en
claro que el diálogo y el respeto a la legalidad crean una atmósfera favorable para un mejor
funcionamiento de la economía del país. Esperemos que AMLO mantenga ese camino.
Por ahora es todo; mientras tanto, ¡!! AQUÍ NO PASA NADA ¡!! Para cualquier información,
favor de comunicarse a:
editorial@novedadesnews.com
y/o
tulmex@hotmail.com

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