Latinoamérica se rezaga en la 5G

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Quizá la preeminencia de la pandemia y sus efectos nos hayan hecho olvidar que, de una u

otra forma, “la vida sigue”, y en particular, la economía y sus tendencias más notables

continúan cincelando nuestro mundo, como es el caso de la carrera global por dominar el

protocolo 5G, el nuevo estándar de comunicaciones móviles, en donde los Estados Unidos y

China disputan la supremacía de lo que, según algunos, puede dictar la hegemonía

económica de las décadas siguientes. Las tecnologías detrás del estándar 5G provocarán dos

efectos: las comunicaciones móviles serán mucho más rápidas y estables que las actuales, y

la capacidad de transmisión será considerablemente mayor.

Ambas características son esenciales para transitar a lo que los tecnólogos llaman “el internet

de las cosas”, lo que implica que no únicamente nuestros teléfonos y computadoras estén

conectadas a la red inalámbrica y transmitan los datos de lo que hacemos, sino también

nuestros autos, nuestros electrodomésticos, los aviones en los que viajamos, las maquinarias

agrícolas que trabajan en el campo y las mediciones que hacen de los cultivos, las carreteras

que miden el aforo y sus velocidades de manera instantánea, las mesas de operaciones en un

hospital y los síntomas vitales del paciente intervenido, todo eso y más, pueda subirse a la

red y ser analizado, procesado y utilizado por programas de inteligencia artificial que

controlen los artefactos con los que convivimos diariamente. La 5G es el primer gran paso

hacia la automatización de nuestra vida cotidiana, de la cual el desarrollo tecnológico que

hemos conocido hasta ahora ha sido el preludio. En un futuro cercano nuestra lavadora sólo

necesitará que la carguemos con la ropa sucia, mientras un algoritmo se encarga de inyectar

la dosis correcta de agua y detergente y avisarnos a nuestros relojes cuando la ropa esté

limpia y seca. Para que lo anterior pueda ocurrir es necesario que la red inalámbrica que conecta todos los

aparatos sea capaz y lo suficientemente robusta para transmitir de manera instantánea y

confiable un volumen incalculable de datos e información. Que sea capaz de procesarlos y de

regresar con instrucciones a los aparatos conectados a la red, que en un futuro cercano

incluirán artefactos inimaginables, como los inodoros, los tractores y las segadoras en el

campo, y los cajeros del supermercado. La 5G es el inicio de tal esfuerzo por hacer del

planeta completo una fábrica y un hogar interconectado y automatizado. Los más entusiastas

del estándar prometen maravillas tras su implementación, mientras que los más reservados

comentan que se trata tan solo de la evolución lógica y discreta del actual estándar 4G que

usamos de manera cotidiana. Lo que ambos bandos comparten, no obstante, es la opinión de

que quien domine los protocolos tecnológicos del estándar 5G tendrá una ventaja económica

considerable en las próximas décadas, y esta carrera actualmente, es de dos: los Estados

Unidos y China. China, con Huawei a la cabeza, aventaja a los estadounidenses en la cantidad

de patentes y equipos capaces de soportar la 5G. De hecho, en el segundo rango se

encuentran compañías coreanas, como Samsung, y un par de sorprendentes firmas

europeas: Nokia y Ericsson, quienes han podido estar casi a la par con las firmas chinas en

esta competencia. En lo que respecta a la implementación operativa del estándar, son de

nuevo esos tres países: China, los Estados Unidos y Corea, quienes llevan la delantera, con las

estadounidenses Verizon y T-Mobil ya ofreciendo servicios en algunas ciudades

estadounidenses y las telefónicas chinas y coreanas desplegando el estándar en amplias

zonas de sus respectivas naciones, mientras que Europa, en donde incluso el 30 por ciento de

los usuarios aún no tienen 4G, va muchos pasos atrás en el lanzamiento del nuevo estándar.

Ya no hablemos de Latinoamérica.

 

De acuerdo con el sitio contexto, sólo el 49 por ciento de los usuarios en Latinoamérica

utilizan el estándar 4G, ilustrando la baja penetración de esa tecnología y a baja inversión de

las telefónicas en la región. La 5G depende de una cobertura 4G extensa, es su precondición,

así que la región y los países que la componen deben de hacer algo, y pronto, para estar

listos para el nuevo estándar o la 5G será un nuevo ejemplo de salto tecnológico en que

América Latina, volvió a quedarse rezagada, lo que, como en la primera industrialización, y

luego la internet y la informática, le ha tomado décadas en emparejarse, mientras que el

resto del mundo avanza sin mirar atrás.

Por ahora es todo; mientras tanto, ¡!! AQUÍ NO PASA NADA ¡!!  Para cualquier información,

favor de comunicarse a:         editorial@novedadesnews.com           y/o   tulmex@hotmail.com

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