CIUDAD DE MÉXICO.- Fue un instante simbólico. En primer lugar, para que exista un arcoíris debe de haber luz y lluvia: la luz de ayer la representaron miles de personas que acudieron a la 44 edición de la Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+, en la Ciudad de México. El aguacero fue el ingrediente que faltó para un acto también simbólico: la resistencia, esa que demostraron asistentes bajo sombrillas multicolores que les protegieron del clima, por el que se detuvo el concierto conmemorativo más de una hora.

Luego de la participación de Chávez, y aún entre lluvias, tocó el turno de Ruzzi, quien cantó algunos temas con Esteman y Tessa Ía, seguida de un colorido show de La Más Draga, que incluyó bailes entaconados sin importar el piso mojado.

Continuó Samo, exintegrante del grupo Camila que, con algunos problemas de sonido, cantando dos temas: «Dejarte de amar» y «Mientes». «Buenas noches, es tan importante estar aquí, compartir una noche en donde el amor es lo principal. La lluvia nos bendijo esta noche, es maravilloso verlos aquí con paraguas, festejando la libertad, el respeto, la equidad. Hay distintas formas de sentir, de pensar, de amar. Es mi primer Pride y junto con mis músicos, estábamos ansiosos por salir, ansiosos por compartir esa pasión por la vida», mencionó el cantante veracruzano, quien continuó con «Te juro» y un medley que incluyó el éxito «Feeling good».

Danna conquista el desfile LGBTTTIQ+

«¡Viva el amor!», gritó Danna Paola desde el camión que la transportaba como parte de la marcha, antes de iniciado el concierto del Zócalo y todavía sin amenazas de lluvia; recibiendo como respuesta un grito aprobatorio de cientos de personas que la rodeaban.  Los cubrebocas brillaron por no aparecer a la vista a varios metros a la redonda, a pesar de que en los últimos días las cifras registran un aumento en contagios de Covid-19, la enfermedad que ha cimbrado al mundo en más de dos años y en la cual cayó la misma Danna hace casi un mes.
Ella bailaba feliz sobre el vehículo, montando la bandera multicolor representativa del movimiento, la cual deja caer como recuerdo entre quienes, apretujados, iban tocado el automotor que avanzaba lentamente sobre avenida Paseo de la Reforma.

Danna alzó el brazo y lo agitó para saludar a los más lejanos y lo que se le gritó apenas se distinguía, pues tantas voces a la vez sonaban a una mezcla de frases desaforadas por verla en persona, a las que, algunas veces, se coló alguna llamándola por su nombre, seguida de un «¡te amo!». Entonces, llegó el momento de tomar el micrófono para tratar de calmar a la concurrencia, pues alguien en silla de ruedas estaba entre la marea multicolor.

«Necesito que abran paso para que pueda salir, ya la tiraron. ¡Por favor, tengan cuidado!», pidió preocupada. Fue el único incidente, lo demás fue baile, aplausos y fotografías.

Empapados
Los asistentes en el Zócalo no soltaron sus pancartas, pese al aguacero. La gente se resguardó de la intensa lluvia, que retrasó los shows musicales.