HASTA CUANDO
En México era una mezcla de miedo y respeto lo que le teníamos a los
maestros.
Se decía que los maestros eran nuestros segundos padres y que tenían todo
el derecho de ponernos en disciplina… así de sencillo.
Si por alguna razón el maestro o maestra nos castigaba… ni por la mente
se nos cruzaba la idea de decirle a nuestros padres lo que había pasado.
No cabía ni la más remota posibilidad de que nuestros padres fueran a
preguntar a los maestros por qué se nos había castigado… ni lo mandara
Dios.
–
Ni creas que voy a ir a la escuela a hacer el ridículo. Si te castigaron
lo mas seguro que es por algo. Así que ni se te ocurra venir a decir
que te castigaron porque lo más seguro que también te voy a
castigar…- decía mi padre.
Así que procurábamos portarnos bien en donde fuera para no ser
doblemente castigados.
Una vez mi padre dijo… “llegara el día en que los padres serán golpeados
por los hijos”, y eso que no era profeta.
Otra cosa que me dijo mi padre “ahora para aplacar a un hijo le dice su
madre… vas a ver cuando llegue tu padre”. En unos años las cosas van a
cambiar. Ahora será… “mira viejo, si no te compones vas a ver cuando
llegue tu hijo”.
Hemos sido catalogados como la generación X. Ni siquiera alcanzamos
nombre. La generación X se caracteriza porque fuimos la última
generación golpeada por los padres y la primera generación golpeada por
los hijos.
No conozco a alguien de mi generación que haya quedado traumado por
los castigos que nos daban nuestros padres. Es más, ahora nos reímos de
esos golpes que nos hicieron quedarnos en casa por lo menos un día.
Nuestros padres se hacían responsables de nuestros actos. Así que ni por
equivocación la íbamos a “andar regando”.
Se han de acordar los de mi generación que cuando los padres nos estaban
llamando la atención debíamos de estar con la cabeza agachada. Que no se
nos ocurriera mirarlos a los ojos porque no la íbamos a pasar nada bien.
Era una mezcla de respeto y miedo… que ahora ni sus luces ni lo uno ni lo
otro.
Ahora nuestros hijos tienen todas las libertades del mundo porque se lo
hemos lo permitido. Porque hemos acudido a la expresión mas torpe que
se nos ha venido a la mente. “
–
“Quiero darle lo que yo no tuve”- dicen muchos padres.
–
“Que no sufran lo que yo sufrí”- dicen otros.
Lo he comentado en este espacio que un día hablé con mis hijos y les hice
ver la situación económica de la familia y le dije… “Tienen mi palabra
que no les voy a dar lo que quieren… pero si TODO lo que necesitan.
Ahora pareciera que hay una competencia en los muchachos que con tal de
que no nos estén fastidiando les compramos hasta lo que no necesitan,
No me dejaran mentir que la gran mayoría (por no decir que todos) traen
mejor celular que los padres… ¿me equivoco? ¿Quién tiene la culpa? Los
padres. Pero como no queremos tenerlos en contra pues se lo compramos.
Ellos no están haciendo otra cosa más que aprovechando la oportunidad de
pedir lo que sea. Y lo peor es que, si no se los damos nos metemos en
problemas, no con la policía, con ellos… nuestros hijos.
Los hemos malcriados a mas no poder. Les tenemos miedo.
Me ha tocado escuchar a niños de 3,4 y 5 años de edad que les dicen a los
padres que los odian.
Me imaginé que por una solo ocasión le hubiera dicho así a mi padre… lo
más seguro es que tendrías que recoger mis dientes no sé a cuantos
metros… con todo y mandíbula si bien me iba.
Ahora se les hace muy fácil a los hijos decirles eso a sus padres…
demasiado fácil más bien dicho.
En días pasados salió en las noticias acerca de un alumno que golpeó a una
asistente de maestro en Florida. ¿El motivo? La asistente le quitó un juego
que tenía en el salón de clases.
En el video se ve como le da de patadas a la asistente que esta tirada en el
piso.
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