Empezaré este escrito diciendo que mi familia era tan pobre, pero tan pobre que Santa Claus nunca nos trajo un regalo… NUNCA. ¿Qué te trajo Santa? Preguntaban mis amigos en navidad Nada- cada año era la respuesta. Mira lo que me trajo Santa- era desde bicicletas, carritos, aviones… Miraba a todos mis amigos con regalos que Santa les había traído una noche antes.
¿Cómo es que esa persona había comprado tantos regalos para todo el barrio?  ¿Cómo le había hecho para envolverlos? ¿Cómo le había hecho para saber qué es lo que quería cada niño?  ¿Cómo es que se había metido en todas las casas sin equivocarse? ¿Cómo es que había llegado a la ciudad, al pueblo, al rancho?  ¿Cómo es que la hacía para ir a todos los lugares en una misma noche? ¿Cómo sabían los renos a donde ir en plena noche?
¿Cuántos renos necesita Santa para poder cargar con todos los regalos?
¿En dónde compraba Santa tantos regalos? ¿Tenían que tener nombre los renos? ¿Traía luces el trineo de Santa? ¿Cómo es que vuela el trineo si no tiene alas? ¿Cómo vuelan los renos si tampoco tienen alas? ¿Qué comen los renos? ¿No esta muy viejo Santa para hacer todo eso en una noche? ¿Por qué carajos López Obrador no le presta el avión a Santa? ¿En donde carajos estaciona Santa el trineo para dejar los juguetes en las casas? ¿Qué de las casas que no tienen chimenea? que es por donde baja Santa. ¿Sería que no era un niño normal que por eso nunca creí lo de Santa? ¿A poco no es más fácil decir que SANTA NO EXISTE… que responder las preguntas hechas líneas arriba? Pobrecitos los niños que se pueden traumar si uno les dice que Santa no existe. ¿Cómo es posible que es más fácil ignorar las respuestas a una conclusión?  ¿Cree que son todas las preguntas? Pues fíjese que NO.
Prosigamos. ¿A que edad se le puede decir al niño que Santa no existe sin que se traume? Qué se le puede decir al niño si pregunta… ¿Quién traía los juguetes en Navidad? Esta listo para responder… ¿Por qué nunca me dijiste la verdad? En lo particular me daría vergüenza aceptar que creía en Santa.
¿Se le tiene que decir la verdad al niño, o él mismo en su inteligencia se va a dar cuenta de la verdad? Gracias a Dios que no tuve ese problema con mis 6 hijos. Nunca les tuve que mentir… ni por el bien de ellos ni por el mío.
Caray, tanto trabajo que me costaba mantenerlos, como para dejarle todo el crédito a Santa… ni madres. Al menos mi padre no tuvo que darme explicaciones en Navidad. Y pues no las necesitaba… que fue lo mejor.
Todavía recuerdo a mi vecino Luis que me atreví a decirle que Santa no existía… me lo eché de enemigo. Claro que no se quedó callado… se atrevió a decirme que Santa no me había traído NADA porque me había portado mal en el año… y él no.  A mi Santa si me quiere… y por eso me trajo una bicicleta- se atrevió a decir. Y yo viéndolo pasear por toda lo ancho de la calle. Y no contento con eso el muy presumido luego sacaba la pelota de futbol que también le había traído Santa. ¿Y yo? Nada, mi Santa no tenía dinero para traerme un juguete… no siquiera por equivocación. Antes de comprarme un juguete mi Santa… compraba para comer. La felicidad está no en lo que te dan, sino en lo que tienes. Gracias a Dios que tuve un padre que me enseñó a valorar lo que teníamos. Ahora veo (como cada año) con mucha desilusión como es que nos desvivimos por la navidad. Una persona me dijo… sin arbolito de navidad no es navidad. Hace muchos pero muchos años, El Hijo (el Señor Jesús) le dijo al Padre… Fíjate que en la Tierra quieren celebrar mi nacimiento-
– Bien, me parece buena idea-
– Están pensando en viajar para reunirse con la familia.
– Bien- dijo el Padre.
– Quieren preparar una gran cena para celebrar el acontecimiento.
– Bien- dijo una vez más el Padre.
– Quieren darse regalos-
– Que bueno. Sólo tengo una pregunta, ¿De quién es la idea?
– De la Cámara de Comercio- Respondió tristemente El Hijo. Deseando que estas fiestas navideñas y Fin de Año Dios este en primer lugar en su familia.  ¿No tiene nada que regalar? ¿No tiene para una cena especial? No se ponga triste. Con que tenga a Dios en su corazón, es más que suficiente para pasar esta temporada en paz con los que le rodean. Recuerde que el mejor regalo siempre será el que nuestro Dios nos ha dado… su Hijo. Dios me los bendiga SIEMPRE… SIEMPRE.
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