ES LO QUE NOS HACE FALTA

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Se había acercado la navidad y el padre de familia no había tenido tiempo para comprar los regalos para sus hijos.

Así que para no batallar una noche les dijo a sus hijos…

  • Hijos he separado unas chivas para que ustedes vayan a venderlas al pueblo. Una vez que las hayan vendido, van y se compran lo que ustedes quieran de juguetes. Así que mañana muy temprano se levantan y lo hacen-

Al día siguiente se levantaron los hijos, tomaron las chivas y se fueron al pueblo. Sólo que antes de llegar al pueblo tenían que cruzar unas vías de tren y no se fijaron y cuando las chivas iban atravesando las vías el tren atropelló a cuanta chiva estaba en las vías.

Con las chivas que les quedaban llegaron al pueblo, vendieron los animales y luego se dirigieron a la tienda de juguetes. Iban de sección en sección y cuando llegaron a un cuarto en donde estaba un trenecito eléctrico funcionando en el piso, el menor de los hermanos lo agarró a patadas destruyéndolo en instantes.

Los dueños de la juguetería por mas que intentaron detenerlo no lo lograron. Cuando por fin el niño se calmó le preguntaron qué porque lo  había hecho.

  • A estos animalitos hay que matarlos cuando están chiquitos, porque de grandes matan chivas- contestó el niño.

Cuantas veces nos hemos preguntado que es lo que tiene que pasar…

Cuantas veces nos hemos preguntado que es lo que nos hace falta para…

Cuantas veces nos hemos hecho esta pregunta cuando ya llegamos al límite de una situación.

Hay un refrán… muerto el perro se acabó la rabia.

Otro refrán… tantas veces va el cántaro al agua hasta que se quiebra.

Podría seguir con más refranes, pero creo que con esto es más que suficiente para lo que quiero decir.

¿A qué viene tanta letra?

Soy de los “chapados a la antigua”. De estas personas que no hay que darle muchas vueltas al asunto… Directo y al grano.

Hace años comente acerca de un papá negro que castigó a su hijo por haber robado en una tienda.

El padre al darse cuenta de lo que había hecho su hijo, le quiso dar una lección que nunca olvidara.

Hizo un cartelón y se lo colgó a su hijo. ¿Cree que fue todo? NO. Lo puso en unas de los cruceros principales de donde vivían. El letrero decía… “NO vuelvo a robar”.

Claro que mucha gente pegó el grito en el cielo -“Eso es abuso infantil”- en lo particular estoy de acuerdo con lo que hizo el papá. Me atrevo a decir que el niño aprendió la lección. Y si es como yo… estaría agradecido con el papá.

Creo que cuando están chicos, hay que educarles, enseñarles… mostrarles con ejemplo lo que es bueno. De grandes ya no nos van a hacer caso.

Esta semana me encontré con una nota en donde una madre (de esas que ya casi no hay) le dio una lección a su hijo que se burló de una niña que recogía botes.

La madre le hizo un letrero que decía… “Vendo chicles porque humillé a una niña de bajos recursos”.

Parece ser que la niña, en las mañanas y tardes se dedica a recoger botes para irlos a vender y así poder ayudar con algo a los gastos de la casa.

Fueron varios niños los que se burlaron de ella… pero solo uno fue “castigado” por hacerlo.

Al niño lo llevaron a vender chicles en pleno sol, y la venta se la dio a la niña… me encanta el final de la historia.

No sé que pasaría con los otros niños que también se burlaron de la niña. Lo que si se es que este niño que le dieron la lección nunca la olvidará… NUNCA. Y es que ¿cómo olvidar una lección de este tipo?

Mi padre me dio una lección cuando hacía mis “pininos” de fumador a los 9 años de edad. La lección fue muy bien tomada, tanto que solo dos veces he fumado en mis 58 años de vida… y ni falta me ha hecho.

Gracias a Dios por el padre que me dio lecciones a su manera… pero me las dio.

A muchos padres nos tiembla la mano para dar lecciones a nuestros hijos cuando están chicos. Se las queremos dar cuando ya están grandes. Ya grandes ni nos hacen caso. Queremos enderezar el árbol torcido.

Decía mi padre… “antes las madres decían a sus hijos – hijo, vale mas que te portes bien porque si no vas a ver cuando llegue tu padre- llegará el tiempo, decía mi padre en que las madres van a decir… – viejo, vale más que te portes bien, porque si no vas a ver cuando llegue tu hijo”.

Creo que este tiempo ya llegó… y ni cuenta nos dimos.

Cuantos de nosotros llegaremos a decir… “hemos criado a un monstruo”.

Ahora que, también podremos verlos ya grandes y sentirnos orgullos de ellos. Y todo porque de chiquitos los supimos educar.

Sugerencias, comentarios y opiniones favor de hacerlos llegar a: gamma9_10@yahoo.com

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