Democracia en Guardia

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Por: Ing. Esteban Sánchez
Sin duda, hay mucha controversia en torno al futuro de la Guardia Nacional, incluso dentro de
las mismas fuerzas políticas, del oficialismo y de la oposición, no hablemos en el mundo de los
medios y los especialistas. Sin embargo, todas las encuestas sobre el tema arrojan un resultado
similar: por lo menos el 80 por ciento de la población quiere que las fuerzas militares
mantengan la presencia en sus regiones y municipios, convencidos de que sin ellas sólo queda
el vacío.
Se puede diferir en muchas cosas con la administración de
López Obrador
, pero en lo que
están planteando en torno a la Guardia Nacional tienen razón: se debe dar un giro a la
estrategia, se debe crear una nueva instancia, debe estar operativamente controlada por las
fuerzas militares y debe estar desplegada en todo el país.
Vamos deconstruyendo el tema en sus principales capítulos. Primero, la Guardia Nacional
como está planteada en el Senado no es una instancia militar, como se la había propuesto
originalmente. Queda bajo el paraguas de la Secretaría de Seguridad Pública y Protección
Ciudadana, pero contará con mandos provenientes del Ejército y de la Marina, porque se
integrará con unos 30 mil elementos de la policía militar, ocho mil de la naval y la mayoría de
los integrantes de la actual Policía Federal.
El tema del mando es clave: en términos políticos y administrativos, dependerá de la SSyPC,
de
Alfonso Durazo
, y en cada uno de los estados, el grupo de coordinación estará encabezado
por el gobernador de cada entidad. El mando operativo provendría básicamente de militares,
porque la idea, y ése es un tema central, es trasladar las instancias de policías militar, naval y
federal, con sus propias estructuras de mandos, equiparable a la actual carrera militar, a la GN.
Sin ello, simplemente se estarían trasladando elementos, sin crear nada nuevo.
Estoy muy lejos de pensar que la Policía Federal es una institución corrupta y absolutamente
ineficiente, como algunos han dicho, pero es insuficiente. En la propia PF se reconoce que la
capacidad de formación de elementos policiales no supera los tres mil al año. No hay
posibilidad de hacer crecer la institución geométricamente sin recurrir a las fuerzas militares y
si se recurre a ellas, se debe mantener la estructura de control, operación y mando, la propia
carrera de sus miembros, para que todo tenga sentido.
Gran trabajo en el Legislativo. Gran trabajo de la sociedad civil. Posiciones y posturas apenas
para la importancia del tema que se discutía. Nadie ganó todo, nadie perdió todo. El ejercicio
democrático en más pura esencia: diálogo y consenso. Todas las fuerzas políticas enviaron el
dictamen de Guardia Nacional a la Cámara de Diputados. Votación unánime resultado del
trabajo político que construye instituciones, que da fuerza al Estado. Los senadores lograron lo
que parecía impensable, lo que, incluso, ya se veía como la gran decepción de la nueva
administración, la imposición de un mando militar ampliamente criticado, no sólo por
opositores y actores de la sociedad civil, sino también por instancias internacionales.
Finalmente, el dictamen aprobado dará una Guardia Nacional que
“combatirá la inseguridad en
el país, salvaguardará la vida, la libertad, la integridad y el pleno ejercicio de los derechos de las
personas”. A cargo estará una Coordinación Interinstitucional; tendrá un mando civil —el punto
más álgido en esta discusión— y no militar; estará conformada por elementos de la Policía
Federal, militar y naval. Al menos 35 mil militares y ocho mil marinos pasarán a sus filas,
recibirán formación basada en una “doctrina policial fundada en servicio a la sociedad,
disciplina, respeto a los derechos humanos y adiestramiento en labores policiales y uso de la
fuerza”. Esta Guardia implica 13 reformas constitucionales.
El punto más importante de todos, decíamos, el mando civil, pero también es que todo el tema
de la militarización, la presencia del Ejército en las calles, quedó solamente en artículos
transitorios, no entrará al cuerpo de la Constitución, su presencia no será permanente. En el
dictamen, que ya queda en manos de los diputados, se plantea que las Fuerzas Armadas
permanezcan en las calles máximas cinco años, tiempo que dan para que se establezca la
nueva institución que quedará a cargo de la seguridad pública.
El resultado es un triunfo para la democracia de este país. Es un ganar—ganar, el Ejecutivo
tiene la presencia militar que quería, con todas la regulaciones que los militares esperaban,
pero los castrenses no se van a quedar para siempre a cargo de la seguridad pública, como la
oposición y las organizaciones de las sociedad civil criticaban por los enormes riesgos que esto
traía. Fue un acuerdo redondo. Es gran triunfo para todos los involucrados. Es un acuerdo
sensato para todos. Y esto no habría sido posible sin el trabajo dentro y fuera del Congreso. Se
reconoce la labor política con la que
Ricardo Monreal
(Morena),
Mauricio Kuri
(PAN),
Miguel
Ángel Osorio Chong
(PRI),
Miguel Ángel Mancera
(PRD),
Dante Delgado
(MC) y
Raúl Bolaños
Cacho
(PVEM) y sus respectivas bancadas. Así como el intenso cabildeo de la sociedad civil, de
figuras como
María Elena Morera
,
Alejandro Madrazo, Maité Azuela
,
Catalina Pérez Correa
y
colectivos que no cesaron en su lucha para evitar la militarización del país. Lo mismo la voz
de
Tatiana Clouthier
, quien desde el minuto uno en que inició este proceso fomentó el debate
urgente dentro de la bancada morenista y, con ello, abrió la puerta para el resto de voces que
pedían la revisión del dictamen original enviado por el Ejecutivo.
De eso se trata la democracia: todas las partes, no sólo la mayoría del gobierno, su importante
mayoría legislativa, y la sociedad civil se hicieron escuchar. Se respetó la división de Poderes,
pese a la advertencia de
López Obrador
sobre su negativa a aceptar leyes que no resuelvan el
problema de inseguridad. El acuerdo alcanzado ayer, es una revitalización de la democracia
nacional. Se evitó una innecesaria confrontación, pues los pendientes como los que hay en
nuestro país requieren soluciones que sólo pueden darse a través del consenso democrático.
Por ahora es todo; mientras tanto ¡!! AQUÍ SI PASA Y MUCHO ¡!! para cualquier información,
favor de comunicarse a:
editorial@novedadesnews.com
y/o
tulmex@hotmail.com

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