CLAVE: IDOLOS.
Cuando no es la oreja, es la lengua, el ombligo… que se ponen “cosas”. Si
no se ponen esas cosas… “percing” se ponen tatuajes que !!!!!Dios!!!!!
por imaginación no paramos.
Eso es lo que ven nuestros hijos y eso es lo que quieren tener o hacer.
“Nuestros ídolos” ni para cuando anduvieran en esas fachas.
¿Te imaginas al “Llanero Solitario” con un arete? Dios… me hubiera
cortado las venas si llegaran a ver eso mis castos ojos.
Ya me imagino al “Llanero Solitario” con un tatuaje en los brazos.
Me moriría de un paro cardiaco si mi “Señorita Cometa” hubiera salido
con agujero en la nariz o en el ombligo.
Esos si eran ídolos, que no necesitaban de esas cosas para poder llegar a
nuestros corazones y nuestras mentes.
Por eso la sigo queriendo a mi “Señorita Cometa” (mi amor imposible, mi
amor platónico) porque no necesitaba andar enseñando sus calzones
para que la viéramos.
Sin duda alguna el Llanero Solitario y Kalimán hacían mucho ejercicio
porque la ropa le quedaba a la medida… pero nunca supimos que se
metiera hormonas ni nada parecido.
Esos eran ídolos sanos.
Ahora no, apenas si aparecen en la televisión y ya andan con sus
escándalos. Se agujeran cualquier parte de su cuerpo y se lo pintan como
si fuera pared de barrio peligroso. Para muestra sobran ejemplos…
Ahí tenemos a… mejor no digo. Creo que puedo herir susceptibilidades.
Por eso creo que estamos como estamos… porque vemos lo que vemos.
Creo que es así… y si no pues entonces ¿cómo sería?
Antes, nuestros “ídolos” nos daban la muestra para portarnos bien.
Te imaginas a mi Pantera Rosa, Pedro Picapiedra… ni pensarlo siquiera. Si
lo hubiera hecho me hubiera traumado.
Tenemos a Don Gato y su Pandilla… ninguno se portaba mal. No traían
tatuajes ni se colgaban nada. Hasta para vestir nos ponían el ejemplo.
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