Carlos Rivera lleva al éxtasis a fans en concierto de “Guerra tour”

Al éxtasis, fue a donde el cantante mexicano Carlos Rivera llevó a casi 10 mil “Riveristas”, durante el concierto que ofreció en el Auditorio Nacional de esta ciudad, como parte de su “Guerra Tour”, gira con la que ha recorrido varios países.

Tuvieron que pasar seis meses para que el afamado intérprete volviera a pisar el escenario del imponente recinto del Paseo de la Reforma, y como es su costumbre, no dejó a nadie con las ganas de más, les cumplió con creces.

 

Presentó un espectáculo de absoluta calidad en música, coreografía, luces, pantallas, performance y escenografía, casi el mismo que llevó recientemente al Festival de Viña del Mar en Chile, donde el público de la Quinta Vergara le otorgó Gaviotas de Oro y Plata.

 

Durante poco más de dos horas, el hijo pródigo de Huamantla, Tlaxcala, entregó al público cerca de 30 temas que desarrolló en medio de una puesta en escena con tintes bélicos.

 

Como es su costumbre, Carlos Rivera hizo pausas para charlar con sus seguidores. Siempre buscó la manera de enviarles un mensaje positivo, pero también de agradecimiento por apoyar incansablemente su carrera.

 

Pese a que la noche del jueves hubo conflicto vial para llegar al Auditorio Nacional, pues el transporte público sufrió algunos contratiempos, las fans no dudaron en correr para ocupar sus butacas y disponerse a corear de principio a fin las baladas, pero también las rítmicas y ya de paso, disfrutar la sensualidad de su ídolo.

 

Con movimientos de cadera y vestuario descubierto que exponía el resultado de varias horas en el gimnasio, “Carlitos”, como también le llaman, se ganó hasta la más adulta de las mujeres, y fueron muchas.

 

Tras una introducción musical que sobresalió por la presencia de una banda de guerra que descendía de la escalinata del escenario, el que fue “coach” de la séptima temporada de “La voz… México”, inició su espectáculo con “Amo mi locura”, una de las canciones con las que más se identifica.

 

“Muy buenas noches, Auditorio. Qué increíble estar aquí de vuelta por novena ocasión. Como dije la primera vez, nunca subestimen el poder de un Riverista, miren lo que son capaces de hacer. Hemos traído nuestra guerra por cuarta ocasión y no es una guerra cualquiera, es de amor, es aquella que luchamos todos los días”, expresó a modo de bienvenida.

 

Bajo la promesa de que esa noche sus fans podían hacer con él lo que quisieran, el portador de un traje de gala similar al de la Guardia Inglesa, interpretó “Serás” y “Voy a amarte”.

 

Mientras a lo lejos, en la parte superior de la sala le solicitaban vuelta y vuelta, Carlos les preguntó que si les había pasado que desean algo con todo el corazón, pedirle al cielo y decir: “Tú eres lo que estaba esperando”.

 

La puesta en escena incluyó globos y dos pelotas gigantes transparentes. Entonces, vendría una dinámica con una fan elegida al azar. Tras dar lectura a muchos de los carteles que sus seguidores provenientes de Chile, Venezuela, Perú, Brasil y México hicieron con dedicatoria para él, el cantante invitó a Carito a subir al escenario.

 

La joven portaba un singular disfraz que llamó la atención del intérprete. Así, juntos bailaron a ritmo de “Sígueme”, “Cielo azul” y “Juego de ajedrez”. Después desparecieron con rumbo desconocido.

 

Acompañado de varios músicos, coristas y ocho bailarines, Carlos entregó el afamado tema “Recuérdame” que se desprende de la película de Disney, “Coco”.

 

Ataviado con traje blanco, recordó cuando hace ocho años le escribió a su abuela con el fin de que supiera cuánto la iba a extrañar si se iba. Nunca pudo grabarla hasta hace poco y lo hizo al darse cuenta que no era el único que tenía un ser de luz allá arriba. Esa canción es “Luna del cielo”.

 

Después reflexionó acerca de cuántas veces vamos posponiendo cosas, pero “El hubiera no existe”, mientras que detrás de él se elevaba un paracaídas y ya se vislumbraba un aparente campo de batalla. A este le siguió “Te amo hoy”.

 

Tras colocarse el paracaídas, Carlos Rivera entregaba uno de los sencillos más dolorosos de su repertorio: “Sería más fácil”, mismo que fue coreado con absoluto sentimiento por el gran batallón de “Riveristas”.

 

Siguiendo en el tono dramático, tocó el turno de “Volveré” y después “Grito de guerra” en el que, portando banderas de color blanco, y al lado de sus bailarines, hizo un performance en contra de los actos bélicos.

 

Informó que el 20 de junio ofrecerá su concierto número 10 en el mismo recinto y acaba de abrir una fecha más, será el 21 del mismo mes.

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