Mantener a Patrick Mahomes a un costado del terreno ha funcionado de maravilla para los rivales de Kansas City. Y ello podría servir como manual de instrucciones para los Broncos este jueves, cuando busquen vencer a los Jefes por primera vez en cuatro años.

“Cada partido tiene su propia personalidad”, advirtió el entrenador de Denver, Vic Fangio.

Y cada equipo se gana su reputación. En el caso de los Jefes (4-2) tienen una defensa endeble, combinada con un ataque explosivo. Si aprovecha esa debilidad, Denver (2-4) puede volver a la pelea en la División Oeste de la Conferencia Americana tras sus tropiezos en septiembre.

Los Jefes, que han perdido dos partidos en fila luego de comenzar la temporada con una foja de 4-0, han permitido en promedio 190 yardas por tierra y 4.97 yardas por encuentro, con un acarreo, en las últimas cuatro semanas. Sus oponentes han logrado en tanto ocho acarreos de anotación.

Kansas City ha permitido que un corredor rival acumule 100 yardas en cuatro semanas consecutivas. Serían cinco, si no fuera porque Josh Jacobs, de los Raiders, tuvo problemas de hidratación y finalizó con 99 yardas en apenas 12 acarreos. Su nuevo rival es Denver, que ha ganado dos duelos en fila y es el único equipo de la NFL que cuenta con dos corredores que acumulan al menos 400 yardas cada uno desde la línea de golpeo. Pero Royce Freeman y Phillip Lindsay, quienes han aportado 973 yardas en forma combinada hasta ahora, prefieren disimular su entusiasmo por el encuentro.