Pocos autos pueden presumir el pedigrí del BMW M3, desde su concepción como un auto de competencias homologado para circular en vías públicas y luego evolucionando para convertirse en la referencia en cuanto a puesta a punto y retroalimentación hacia el conductor.
Autos más rápidos y sofisticados los ha habido siempre, pero el M3 se convirtió en un icono de buen manejo, sensaciones y deportividad. Desde mi punto de vista, el clímax llegó en la tercera generación (E46) con ese refinado seis en línea de 3.2 aspirado que producía 343 hp.

Para la cuarta generación (E92), se convirtió en algo más exótico y sofisticado, eran los tiempos en donde BMW se podía dar el lujo de desarrollar un motor único para un auto de producción tan limitada como un M3, el resultado, un V8 aspirado de 4.0 litros que entregaba 420 hp y podía girar sin problema por arriba de las 8 mil vueltas. Para la generación saliente (F80), BMW definió como modelos separados a las configuraciones coupé y sedán, dejando M3 para el cuatro puertas y M4 para el de dos. El motor volvió a ser L6, pero por primera vez con inducción forzada, muy modificado por BMW Motorsport, pero al final una mecánica bastante menos única que la anterior. Era más ligero y mucho más rápido que su predecesor, aunque siendo sincero perdió algo del encanto que tenían las dos entregas previas. Llegamos entonces a la sexta generación, la que hoy nos ocupa. Esta nueva entrega se destaca, desde mi percepción por dos aspectos; en primera instancia, adopta una estética radical y dramática. En segundo término, mide 4.8 metros, pesa 1.8 toneladas y emplea una caja automática de par tradicional, cifras todas que mentalmente chocan con el concepto de compacto deportivo que tenemos del M3.

No podemos dejar de hablar del diseño del M3 2022, de alguna manera la sobredimensionada parrilla de doble riñón ya no se ve grotesca como en el Serie 4 y aunque exagerada, creo que funciona.

Se debe a que todo es más dramático en el M3, el widebody, las nervaduras en el cofre, entradas de aire, faldones, espejos laterales e insertos tanto en el frente como atrás en negro brillante, aportan mucho para lograr una apariencia amenazante. De serie los rines son de 18 y 19” adelante y atrás respectivamente, aunque bien vale la pena pagar 53 mil pesos y optar por los opcionales de 19 y 20”. Como buen BMW M, el sistema de escape de salidas dobles está presente. Es cierto que los M3 y M4 se ven impresionantes, mi queja justamente es, que en las generaciones previas, particularmente E46 y E92 el M3 no tenía que esforzarse tanto, el diseño era sobrio y discreto. Con lo cual, el puro emblema y el escape era suficiente para infundir respeto.

Puertas adentro es claramente reconocible como un BMW, con insertos en fibra de carbono, cuero y aluminio que en conjunto, generan una atmósfera tanto suntuosa como deportiva.

En cuanto a calidad de materiales y ensamble no tiene queja, todo lo que ves y tocas se percibe de excelente calidad.

El sistema de info-entretenimiento se compone de dos pantallas, la central de 10.25”, mientras que el clúster de instrumentos es digital de 12”. Cuenta con el sistema operativo 7.0, con funciones específicas para conducción deportiva, así como compatibilidad con Apple Carplay y Android Auto. También cuenta con Head Up Display.
De fábrica los asientos son deportivos, pero de manera opcional hay unos buckets de fibra de carbono que además de lucir espectaculares, ofrecen mejor sujeción lateral. Eso sí, son durísimos y además cuestan $87,400 pesos.
Hay cargador inalámbrico para teléfonos celulares, climatizador de 3 zonas e incluso posibilidad para convertir a tu teléfono móvil en la llave del auto gracias a la tecnología NFC. Debes saber que solo está disponible para iPhone, con solo acercar el teléfono se desbloquean los seguros de las puertas y para encender el auto, el teléfono debe estar ubicado en el cargador del tablero.